sábado, 10 de agosto de 2013

REVISA TUS EMOCIONES

¿Cómo te sientes la mayor parte del tiempo?
¿Te sientes impotente, con poco control sobre tu vida?
¿Enojado con el mundo, la vida, Dios, tus padres, etc.?
Vives una gran parte del tiempo con la sensación de que, por mucho que hagas, no resuelves tus problemas y tu sufrimiento?

Si tus respuestas son afirmativas, tiendes a autocompadecerte y a sentirte víctima.

Recuerda que esta sensación, no es un reflejo de la realidad actual.
Es el reflejo de nuestras vivencias infantiles y del pensamiento y la percepción de un niño que vivió hace mucho tiempo.

Cuando nos autocompadecemos, no nos damos cuenta de que nuestra actitud es la que nos impide mejorar y buscar la solución adecuada.
Una actitud equivocada que aprendimos cuando éramos pequeños y estábamos realmente indefensos o cuando imitábamos algún adulto importante en nuestra vida.

Pero hoy, ya no somos ese niño pequeño, vulnerable e indefenso.
Hoy podemos cuestionar lo que se nos dijo y los modelos que tuvimos.

Cuando nos autocompadecemos, no podemos aceptar la responsabilidad de lo que le sucede.
Esta actitud puede ser el resultado de una realidad vivida.
El sentimiento de ser una víctima, no es inventado, pudo haber sufrido un abuso físico, sexual o emocional durante la niñez, la juventud e incluso la edad adulta.

La persona que vivió algún abuso, sí fue una víctima de las circunstancias, porque debido a su edad o situación, no tuvo ni la fuerza ni la capacidad y conocimientos para cambiar esa situación o alejarse de ella.

Pero cuando vive compadeciéndose y sintiéndose víctima, esos pensamientos y sentimientos vividos durante la niñez, siguen dominando su vida.
Sin darse cuenta, de que ella es ahora, su propio victimario.

Desarrolla un plan de vida.

Cuando tenemos metas claras, podemos motivarnos con mayor facilidad y reconocer los pasos necesarios para lograrlas.
Esto le da un sentido y un significado a nuestra vida, nos proporciona la sensación de control y aumenta nuestra autoestima.

Enfócate en los aspectos positivos de tu vida.
Todos los tenemos, simplemente no estamos acostumbrados a verlos o a reconocerlos.

Recuerda a la persona que dijo:
"Cuando me di cuenta de que mi vecino no tenía pies, dejo de importarme no tener zapatos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario