La autoestima baja es uno de los mayores obstáculos en nuestra vida.
Nos hace sufrir y nos impide lograr aquello que deseamos.
Cuando nuestra autoestima es baja y no logramos el éxito deseado, buscamos un culpable.
Ya sea que nos culpemos a nosotros mismos o que culpemos a los demás, a la vida, la suerte, Dios, etc., si nos sentimos indefensos e incapaces de cambiar la situación, podemos acabar autocompadeciéndonos.
La autocompasión en sumamente limitante pero difícil de reconocer y aceptar, porque le damos un significado equivocado.
Para mucha gente significa estar "mal", ser débiles, incapaces y menos valiosos que los demás.
Esta forma de pensar es errónea.
En realidad lo único que indica la autocompasión, es que:
Nos hace sufrir y nos impide lograr aquello que deseamos.
Cuando nuestra autoestima es baja y no logramos el éxito deseado, buscamos un culpable.
Ya sea que nos culpemos a nosotros mismos o que culpemos a los demás, a la vida, la suerte, Dios, etc., si nos sentimos indefensos e incapaces de cambiar la situación, podemos acabar autocompadeciéndonos.
La autocompasión en sumamente limitante pero difícil de reconocer y aceptar, porque le damos un significado equivocado.
Para mucha gente significa estar "mal", ser débiles, incapaces y menos valiosos que los demás.
Esta forma de pensar es errónea.
En realidad lo único que indica la autocompasión, es que:
- Durante nuestra infancia aprendimos una actitud que nos impide, actualmente, solucionar nuestros problemas y tener una vida mejor.
- Necesitamos aprender a analizar la situación y nuestras habilidades, de una manera diferente.
Con frecuencia sentimos que nuestra vida y nuestras opciones están limitadas, sin darnos cuenta de que dicha limitación está causada por la autocompasión.
Responde a las siguientes preguntas.
Responde a las siguientes preguntas.
- ¿Sientes que luchas y luchas y no logras mejorar o resolver tu situación?
- ¿Piensas que la solución a tus problemas depende de lo que hagan o dejen de hacer los demás?
- ¿Te sientes, en ocasiones, incapaz de enfrentarte al mundo que te rodea?
- ¿Siempre tienes una razón para justificar tu actitud?
- ¿Sientes que tienes poco control sobre tu vida y lo que te está sucediendo?
- ¿Buscas consejos, pero no los sigues?
- ¿Te sientes molesto e incomprendido cuando la gente te quiere ayudar?
Si contestaste que sí, a la mayoría de las preguntas, posiblemente tiendes a sentirte víctima o a compadecerte con facilidad.
Todos hemos sufrido y todos hemos fracasado.
La diferencia entre los que se autocompadecen y los que no, es que los primeros se dedican a ver todo lo malo que les ha pasado y que no han podido evitar o solucionar y los otros se enfocan en lo que quieren que les pase y en lo que necesitan hacer para lograrlo.
Cuando creemos que nosotros tenemos poco o ningún control sobre lo que nos sucede, que el mundo y/o los demás se aprovechan de nosotros o nos causan daño, acabamos sintiéndonos incapaces y desempeñando el papel de víctimas.
Todos hemos sufrido y todos hemos fracasado.
La diferencia entre los que se autocompadecen y los que no, es que los primeros se dedican a ver todo lo malo que les ha pasado y que no han podido evitar o solucionar y los otros se enfocan en lo que quieren que les pase y en lo que necesitan hacer para lograrlo.
Cuando creemos que nosotros tenemos poco o ningún control sobre lo que nos sucede, que el mundo y/o los demás se aprovechan de nosotros o nos causan daño, acabamos sintiéndonos incapaces y desempeñando el papel de víctimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario