domingo, 17 de marzo de 2013

LA MADUREZ

Madurez, es la habilidad de controlar la ira y resolver las discrepancias sin violencia o destruccion.
Madurez es paciencia.
Es la voluntad de posponer el abrazo inmeidato en favor de un beneficio de largo plazo.
Madurez es perseverancia, es la habilidad de sacar adelante un proyecto o una situacion a pesar de fuerte oposicion y retrocesos decepcionantes.
Madurez es la capacidad de encarar disgustos y frustaciones, incomodidades y derrotas, sin queja ni abatimiento.
Madurez es humildad.
Es ser suficientemente grande para decir "lo siento me equivoque"
Y cuando se esta en lo correcto, la persona madura no necesita experimentar la satisfaccion de decir "Te lo dije"
Madurez, es la capacidad de tomar una decision y sostenerla.
Los inmaduros pasan sus vidad explorando posibilidades para al fin de no hacer nada.
Madurez, significa confiabilidad, mantener la propia palabra, superar la crisis.
Los inmaduros son maestros de la excusa.
Son los confusos y  desorganizados.
Sus ideas son una confusion de promesas rotas, amigos perdidos, negocios sin terminar y buenas intenciones que nunca se convierten en realidad.
Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar.
El exito verdadero es salir de nuestros fracasos siendo mejores personas y madurando cada dia.

sábado, 16 de marzo de 2013

RECUERDA

Una frase para cada día....



La impaciencia es señal de falta de confianza... Como crees que hará que funcione la Ley de Atracción? Atrayendo lo que deseas? O repeliendolo? Tus emociones te están  indicando si atraes  o repeles escuchalas... Gracias

martes, 12 de marzo de 2013

PENSAMIENTO



                     
               
                         

VIVIR CON ALEGRIA

La felicidad es un sentimiento muy preciado que se suele expresar mediante la alegría. Las personas alegres perciben el mundo como un lugar mejor, toman decisiones más fácilmente y están más satisfechas con su vida. Aprende a convertir en rutina el estar alegre y a vigorizar tu autoestima. No decaigas ante los problemas, pues todos tienen soluciones.
Modera tus exigencias en el caso de que estés ansiosa de mayores satisfacciones, puede conducirte a la pérdida del equilibrio interno de tu vida, impidiendo la verdadera alegría. Intenta vivir con intensidad el presente, aprendiendo a disfrutar de las cosas pequeñas, que muchas veces son las más importantes. No pierdas tiempo y dile adiós a quejas inútiles. Lamentarse constantemente por algo que se ha roto, por el clima, por un robo, sólo te hará estar triste por algo en lo que tú no puedes cambiar. Aprende a aceptar las cosas que son irremediables.
Busca en tu actividad diaria fuentes de alegría. En el día a día se ve reflejada nuestra vitalidad, capacidad y creatividad. Procura disfrutar de lo que haces, entrégate, transforma las obligaciones en oportunidades de expresión y búsqueda de motivos para estar contenta. Lo mejor que puedes hacer es siempre pensar en positivo, descubrir el lado bueno de las cosas. Deja de lamentarte por lo que no tienes y comienza a valorar aquello que sí posees o puedes alcanzar con trabajo y esfuerzo.
Contagia la alegría a la gente que te rodea y todo el mundo te apreciará. Ser una persona alegre es algo que va a expresarse en cada ámbito de tu vida. Anímate a implementar colores vivos en tu vestimenta y en tu casa, baila, canta. Demuestra tu diversión interior, expresa tus sentimientos y contagia todo lo bueno a tus seres más queridos. Recuerda que ser alegre fortalece tu autoestima, algo fundamental para sentirse bien con uno mismo. Con la alegría reducirás la posibilidad de contraer enfermedades, favoreciendo tu salud física y mental. Además, seguro que consigues encontrar pareja más fácilmente.

sábado, 2 de marzo de 2013

APRENDI A VALORAR LA VIDA

Soy de una familia trabajadora y muy conocida por la elaboración de pan tradicional. Cuando era niño mis papás se reunían con otros matrimonios en casa de alguno de ellos a bailar danzón y a tomar. Yo los veía contentos y muy alegres cuando se echaban sus cubas y creía que el efecto del alcohol era lo que los estimulaba a estar felices ya que se abrazaban y eso para mí era la felicidad.
Cuando entré a la Universidad empecé a tener contacto con el alcohol a través de mi madre, y es que siempre que iba a visitarla ella se encontraba conviviendo con sus comadres y vecinas y me ofrecía una copa, al principio no la aceptaba y ella me ponía en mal ante sus amigas porque no era social. Después cuando ya las aceptaba no sólo me tomaba una o dos, sino cuatro o más (sólo cuando mamá tomaba). Tiempo después mis papás se separaron y me di cuenta que sólo aparentaban estar bien en las reuniones sociales, ya que en la vida diaria no se entendían.
Más tarde cuando dejé la universidad, en el sexto semestre por los problemas familiares, por meterme con una mujer casada y por broncas con compañeros, salí huyendo y regresé a mi casa.
Luego me puse trabajar en una escuela particular, empecé a ganar dinero, me casé y con mi esposa empezamos a construir una vivienda, sin embargo los mismos compañeros me impulsaban a relacionarme con gente “importante” en los bares más costosos, ya que sólo de esa manera encontraría “buenas palancas” para mejorar mis ingresos y subir de categoría. Así que mi carrera alcohólica empezaba a crecer y poco a poco comenzaron los problemas de pareja, las desveladas, los excesos y el desorden mental, los defectos de carácter empezaron a fluir y mi vida ingobernable apareció.
Una noche que celebraba el cumpleaños de mi madre salí a dar un paseo en mi camioneta, manejaba tranquilo, pero el estado de ebriedad en la que circulaba no calculaba los espacios y en un descuido choque con un árbol y destruí el medallón. Llegó la policía y tránsito y me encerraron en la cárcel municipal. Mis hijas lloraban por las noches, mi esposa también y les juro que esas lágrimas no eran de felicidad.
Después que salí dejé de tomar por un tiempo hasta que se me pasara el susto, continué bebiendo y mi esposa me dijo que ya no soportaba vivir con un borracho que sólo le interesaba el irse a beber después de trabajar y no salir con su familia. Y al ver la mirada decidida de mi esposa en separarse de mí, decidí buscar ayuda, ya que sólo no iba a poder.
Desde que estoy en Alcohólicos Anónimos mi vida cambio para bien, el Juan Antonio que conocían de briago ya no existe, ahora es un padre que ha aprendido a valorar la vida y respetar la vida de los demás. Mis hijas ya me tienen confianza y aunque mi esposa no me ha perdonado del todo, ya vivimos en armonía. En Alcohólicos Anónimos me han enseñado que poder es querer y, yo si quise, me falta un largo camino por seguir, por el momento soy tesorero de mi grupo y soy enlace de Plenitud, me gusta mucho compartir con mis hermanos del mismo dolor y aprender de sus experiencias. Doy gracias a mi Poder Superior que me abrió los ojos todavía a tiempo, invito a todos los que aún sufren en las garras del alcohol, se acerque con nosotros; la mano de Alcohólicos Anónimos siempre te ayudará.