sábado, 31 de agosto de 2013

EN CADA MOMENTO DE TU VIDA

Tú eliges estar triste
o vivir con alegría

A veces la vida es dura, pero si la sentimos cruel quizás debiéramos mirar nuestro interior. Tenemos sobrada capacidad para ser fuertes, reponernos y decidir ser felices a pesar de todo.
Yo decido ser feliz,
tú también puedes hacerlo.
Piensa que lo único que NADIE te puede quitar es la libertad de tus pensamientos y sentimientos. Te pueden controlar todo, menos tu manera de pensar o de ver las cosas.
  • Eso es algo que sólo te pertenece a ti.
  • En ti está el poder elegir como quieres estar.
Es necesario enfrentarse a los miedos, con una realidad que muchas veces no tiene nada de bonito, pero al hacerlo eso nos ayuda a definir cual será la respuesta que demos antes la situación.
Sólo tú sabes cual será la respuesta a todos tus miedos. Pero hay algo que está a tu favor: que TODO depende de ti, tú sabes como resolver la situación, sólo tú.
En la vida se pasa por muchas situaciones de dolor, de buenas y malas experiencias, ausencias de los que amamos y que hoy ya no están a nuestro lado. Muchas son las lágrimas que se derramaron o que aún brotan. Humillaciones y sufrimientos habremos pasado por la vida, pero a pesar de todo lo negro que sea vea el panorama, la DECISIÓN es tuya, puedes cambiar tu entorno y pintarlo con los colores que desees.

Tú decides, la elección es tuya.
Si sólo ves un mundo frío y gris, es porque tú quieres que sea así.

Cambiar depende de ti, nadie puede vivir la vida por ti -tenemos libertad de pensamiento, libertad para hacer o dejar lo que nos viene mal.
Es nuestro tiempo, es nuestro mundo, no vivas una vida que no quieres, DECIDE. No caigas en los errores de aquellas personas que nunca nada cambian, puede que algunas cosas en la vida nunca cambien, pero tú puedes hacerlo, PUEDES SI QUIERES.
Si por alguna razón estás viviendo alguna pena, tristeza o frustración, ¡tú puedes decidir cómo reaccionar ante eso que te ocurre!
Si quieres, hoy mismo puedes sentir celos, ira, hostilidad, miedo, culpa, preocupación, vergüenza o resentimiento. Todo esto lo puedes sentir si así lo decides. O TAMBIÉN puedes sentir tranquilidad, esperanza, fe, amor, alegría y otros tantos sentimientos que te den estabilidad cuando decidas pensar en forma optimista y positiva.

Date cuenta de que lo que te sucede no es lo que te afecta: 
es el cómo reaccionas ante esas situaciones.

lunes, 26 de agosto de 2013

HOY

LOS LEMAS DE AL-ANON


SABER PERDONAR


NO SOY PERFECTO


ME CANSE


ESTAR SOLO


AL MEDITAR

9° PASO

REPARAMOS DIRECTAMENTE A LAS PERSONAS QUE OFENDIMOS CUANDO
FUE POSIBLE EXCEPTO CUANDO AL HACERLO PUDIÉRAMOS LASTIMAR A
ELLOS MISMOS O A OTRAS PERSONAS.
Para muchos de nosotros en Codependientes Anónimos nuestro rol
más cómodo había sido de víctima. Habíamos esperado muchos años a que
alguien cualquiera nos hiciera reparaciones a nosotros.
El noveno paso nos trajo al momento de la verdad, nos pedía que
hiciéramos esa acción particular NOSOTROS.
El como trabajamos este paso se convirtió en la medida de nuestra
recuperación. Las llaves para nuestro éxito reconvirtió en la medida de
nuestra recuperación. Las llaves para nuestro éxito serían sensibilidad, buen
juicio y valor. Aún así, las palabras “Poder Superior ” no eran mencionadas
en el noveno paso, muchos sentimos que éste era el momento para buscar la
guía espiritual.
EN DONDE FUE POSIBLE … HICIMOS REPARACIONES DIRECTAS. Por
ser nuestro nombre el primero de la lista de reparaciones, cada uno de
nosotros tuvo la oportunidad de practicar esta importante tarea consigo
mismo antes de hacer reparaciones a otras personas. La pregunta que nos
hicimos ante esto fue ¿Cómo me gustaría a mí que repararan los daños que
sufrí? ¿Cómo un simple “lo siento ” sería suficiente? La respuesta fue NO.
Lo que la mayoría de nosotros queríamos a manera de reparación es
que la otra persona reconociera su parte en habernos dañado. También
queríamos que nuestros sentimientos y percepción del incidente fuerareconocida. Y si habíamos de continuar la relación con esa persona,
queríamos que en adelante se comportaran de manera diferente con
nosotros.
Sieso es lo que queríamos de los demás ¿podíamos pedir menos de
nosotros mismos?
Y así llegamos a un método para hacer reparaciones – el reconocer y
hacernos responsables de nuestro comportamiento dañino y reconocer los
sentimientos de la otra persona en el asunto y seguir a ello con un cambio en
nuestro propio comportamiento.
Estas reparaciones deberán ser hechas en persona dentro de lo
posible, de otro modo, se nos sugirió ponerlas por escrito.
Si no fuéramos capaces de encontrar a alguien a quien reparar daños,
nos fue recomendado que permaneciéramos deseosos hasta el tiempo en que
esa persona fuera encontrada. En el caso de deber reparaciones a alguna
persona que ya hubiera muerto, uno de nuestros padres, tal vez, descubrimos
q ue el hacer un servicio a alguna persona en circunstancias similares, era
una buena alternativa.
EXCEPTO CUANDO AL HACERLO PUDIÉRAMOS PERJUDICAR A
ELLOS MISMOS O A OTROS. Observamos esta declaración de diferentes
maneras, y nos incluimos a nosotros mismos en la palabra OTROS.
No podíamos permitirnos el entrar en esta reparación de daños con las
expectativas de aquellos en quienes recaímos la reparación. Al hacerlo nos
podíamos lastimar a nosotros mismos con la decepción y posiblemente con el
resentimiento.
Ot ro LUJO que no nos pudimos dar es el miedo a ser recriminados. Si
nosotros todavía dábamos a los demás el poder de lastimarnos con sus
reacciones, el resultado sería seguramente de prejuicio para nosotros.
Algunos de nosotros vimos que hacer ciertas reparaciones podía
resultar en la pérdida de nuestro trabajo o posiblemente en caer preso.
Nosotros teníamos familiares u otras personas que dependían de nosotros y
que podían salir lastimados si tomábamos esa acción. O tal vez lo que
percibíamos como consecuencias horribles para nosotros que podrían venir
como resultado de hacer reparaciones directas. En todos estos casos nos fue
sugerido discutir esas reparaciones con nuestro padrino, algún amigo de
confianza en CoDA, o con nuestro consejero espiritual.
Tal vez nuestras reparaciones crearían “una lata de gusanos ” donde
nosotros pensamos que no la había. Con frecuencia este tipo dereparaciones involucraba promiscuidad, adulterio o abuso sexual. Revelar
nuestras malas acciones podría causar daños graves o vergüenza en otras
personas. Otra vez, fuimos dirigidos a discutir estas dificultades con algún
amigo(a) o nuestro padrino. Algunas veces en estos casos nuestro cambio de
comportamiento, seguido de alguna forma de servicio apropiado fue la mejor
reparación posible. Frecuentemente, descubrimos que nuestros miedos eran
exagerados y que una reparación directa era la mejor manera para todos los
interesados de acercarnos a este asunto.
En este momento, yo confío en mi Poder Superior para que me guíe en
hacer reparaciones honestas y sinceras. En este momento, yo experimento mi
gratitud para Codependientes Anónimos y los doce pasos de recuperación
conociendo que como yo estoy dispuesto a vivir este programa, compartir la
hermandad, y caminar con Dios, yo soy libre

jueves, 15 de agosto de 2013

AL REFLEXIONAR

CON EXPERIENCIA

RESPONSABILIDAD

NUESTRAS DECISIONES

EN NUESTRO PENSAMIENTO

EN NUESTRO DIARIO VIVIR

CREENCIAS

CADA DIA

HOY

ECHAR LA CULPA

Culpar a otros de nuestros errores es una manera de evadir y es el no querer afrontar nuestra realidad. Todos y cada uno de nosotros somos 100% responsables de nuestras decisiones así como de nuestros aciertos . Toma las riendas de tu vida, haz conciencia y toma tus nuevas decisiones con la cabeza fría y el corazón bien calmo para que cuando pase la euforia y la adrenalina de las emociones estés bien plantado en tierra firme y no en un pantano que te enlode más.

LA CULPA

La mayoría de las personas en el mundo que sufren de una baja autoestima están en una actitud un poco“victimizada” ante la vida. La culpa siempre la tiene todo el mundo en el exterior y por eso se dice generalmente: “yo no puedo avanzar o lograr aquello que quiero”. Uno de los problemas es que se pone la culpa afuera, en el otro, para no mirar al interior y ser sincera y aceptar que “los otros” no tienen la culpa “de lo que a mi me pasa”. La única protagonista y diseñadora de tu vida “eres tú”, por lo tanto si hay que encontrar “culpables” por lo que te sucede a diario “eres tu”.
No quiero decir que ahora vayas al otro extremo y te culpes todo el tiempo, sino al contrario. Deseo impulsarte con éste consejo a que te motives a tomar el mando de tu propia vida y comenzar a buscar tú misma las soluciones a tus problemas. Quedándote de brazos cruzados no logras nada y quejándote tampoco, por ello lo mejor es “ACCIONAR”, ¿cómo?“haciéndote cargo de la situación”.
La mayoría de las personas van por la vida buscando cosas que nunca aparecen, entonces termina por ser un disco rayado por donde giran todos los años de su vida. Es como que buscan un “algo” que no logran “llenar”, “satisfacer”… por momentos parece satisfecho pero una vez que pasa el entusiasmo todo vuelve a ser como antes, por lo tanto, no se produce ningún cambio.
La idea es que ésta vez logres encontrar las soluciones a tus problemas de una forma“activa” y “auto-consciente” para obtener mejores resultados y de ésta manera poder mejorar tu autoestima.
Hacerte cargo de la situación significa “proyectar” y “diseñar” tu propio destino. A diario oigo hablar a muchas personas que se entregan al destino y a la vida como juguetes de papel para que ésta haga lo que quiera con ellos. Pero a decir verdad esa es una manera pasiva y poco responsable de vivir la vida. Nosotros tenemos el “libre albedrío” de elegir lo que queremos y no para nuestro camino, y el único destino que existe es el que nosotros co-creamos y co-diseñamos día a día con nuestro “deseo” y “ganas” de cambiar. Por ello quería contarte a través de éste artículo que una forma activa de mejorar tu autoestima es “despojarte de las culpas” propias y hacia los demás. Te propongo a que te hagas cargo de tu propio destino y que seas tú misma la diseñadora de tu propio camino.

9° PASO

Reparáramos directamente el mal causado cuando nos fue posible,
excepto en los casos, en que el hacerlo
les hubiere hecho más daño, o perjudicado a un tercero.
Hemos de confiar que Nuestro Poder Superior no nos pondrá una carga que no podamos llevar o que nos sea posible cargar.     Si vamos a reparar nuestra culpa y el daño ajeno hay que empezar a cancelar esas deudas que tenemos en la vida y dejar de cargar con esas cruces.     El code vive en el pasado martirizándose por lo hecho en el pasado y si decide recobrar serenidad, paz interior y dejar los resentimientos debe ventilar y solucionar estos asuntos por resolver.
Muchas veces no se puede cambiar el pasado, pero como estamos aprendiendo a vivir el solo por hoy, podemos empezar a reparar el mal causado con nuestras nuevas formas de vivir, actuar y tratar a los demás.     Otros de los beneficios de este Paso es que nos lleva a tomar decisiones, enfrentar el reto de nuestro poder de cambiar, actuar y dejar de hacernos solo las víctimas.
El listado de las personas a las que habíamos hecho daño según el Paso anterior nos ayudó a encontrar el camino por donde empezar a resolver lo acontecido en el pasado y repararlo directamente en este Noveno Paso, quizás mejore finalmente las relaciones con nuestra madre, hermano, amigo, subalterno, incluso con nuestra propia persona, pero sea cual sea el semejante o ser querido, lo importante es estar dispuesto a reparar lo que hemos hecho mal.
Se necesita valor para encarar a una persona y decirle  "ahora reconozco que te hice daño y discúlpame",  saludarlo cuando hemos esquivado hacerlo por mucho tiempo, hacer una llamada telefónica para saber como estas,  incluso simplemente pedirle perdón internamente al no poder localizarla o porque  sería más perjudicar que beneficioso hacerle frente es un gran reto.    Solo con ayuda de nuestro PS recibiremos ese valor para reparar el mal causado, solos no podremos ya que nuestro miedo y temor al rechazo nos paralizará, pero una vez con el apoyo de un ser superior, sentiremos la gran satisfacción de haber hecho lo correcto y nos quitaremos el gran peso que era sobre nuestros hombros.

miércoles, 14 de agosto de 2013

SUELTA LAS RIENDAS

MEDITAR

LA INMADUREZ

EN EL AMOR

ACEPTAR

REFLEXIONAR

RECORDAR ES

ESCUCHA Y APRENDE

EL PERDON, EL MÁXIMO REGALO


Perdón es una palabra conformada por el prefijo “per” que significa intensidad
y “don” que significa regalo: Regalo intenso. Principalmente para quien
perdona, porque cuando perdonamos es como si desatáramos un ancla de
nuestros pensamientos, de nuestras acciones, de nuestras emociones. Es como
si abriéramos la puerta de las opciones que siempre hemos sabido que nos
benefician pero que, por esta ancla, hemos mantenido cerrada.
Cuando las personas hablan de perdonar, frecuentemente se refieren ha haberse
quitado un peso de encima, esto quiere decir que quien perdona es el primer
beneficiado con este regalo.
Es muy frecuente y válido el argumento de perdonar por comprender, por
entender, por compasión con el otro; sin embargo, puede ser más efectivo que
busque perdonar porque es usted el que se beneficia, el que se libera, el que
comprende que manteniendo y alimentando su resentimiento, el daño es para
usted y para los suyos.
Perdonar no significa que el otro cambie. Algunas personas perdonan y, sin
embargo, crean inmediatamente la expectativa de que la otra persona “no lo
vuelva a hacer”, cuando sabemos que este cambio sólo se dará cuando el otro
realmente lo decida. Entonces, en este caso, la expectativa realista sería, si la
persona ha actuado varias veces de esa manera determinada, lo más probable es
que vuelva a hacerlo igual. Por tanto, sería conveniente que, además de
perdonar, usted tome las medidas para no verse afectado de nuevo por ese
comportamiento.
El resentimiento es una extraña fantasía de dolor que quizá mantenemos con la
esperanza de que otra persona venga a disculparse, a reconocer su error. La
otra persona tiene sus propios argumentos y razones o justificaciones para
haber obrado como lo hizo y nuestro resentimiento no va a cambiarlos. Si esa
manera de obrar, que nos dolió tanto, es verdaderamente un error del otro, él
mismo estará sufriendo las consecuencias aun cuando aparentemente no lo
demuestre, ya que es difícil saber lo que pasa en el corazón de otro ser humano.
El poeta norteamericano Longfellow decía: “Si nosotros pudiéramos leer la
historia secreta de nuestros enemigos, podríamos encontrar en la vida de cada
uno de ellos tanta pena y tanto sufrimiento, que sería suficiente para desarmar
cualquier hostilidad”.
Cuentan que una vez un hombre llegó a su casa u encontró que había sido
saqueada por ladrones. Sintió hondo pesar por lo que le había sucedido y,
después de hacer el recuento de las pérdidas, se llenó de rabia, frustración e
impotencia y, sin embargo, al reflexionar, se dio cuenta de que, fuera de
intensificar las precauciones, era muy poco o nada lo que podía hacer por
recuperar sus bienes o encontrar a los ladrones. Entonces dijo: “ya que me
robaron mis bienes, no voy a permitir que me roben mi tranquilidad y mio
paz”. Y decidió olvidarse del asunto.

EL RESENTIMIENTO COMPLICA SUS RELACIONES CON OTRAS PERSONAS.


Quien tiene un resentimiento pierde mucho mas que aquél hacia el cual el
resentimiento va dirigido. Además del tiempo que le dedica a cultivar su odio
contra el otro, invierte su creatividad para planear mentalmente cómo
contestarle para que “le duela”, cómo hacerle saber que… “cómo mortificarlo,
cómo cobrarle lo que me hizo…” y le pone una gran pasión a su venganza o a
“sacarse esa espina” y, como si fuera poco, le dedica su persistencia: aún
aquellos que se llaman a sí mismos inconstantes son capaces de tener vivo un
resentimiento por muchos años.
No sólo a usted lo afecta su resentimiento, a las personas más queridas y
cercanas a usted, también les afecta. Ellas son las que en última instancia,
muchas sin tener nada que ver con este asunto, pagan su mal genio, sus
generalizaciones, su negativismo y su amargura. Usted daña sus ratos íntimos
con el recuerdo del otro y su gente más allegada sufre por usted o se apasiona
en contra del otro.
¿Se imagina todos los dolores que se habría evitado y toda la energía que
habría tenido libre para utilizarla en mejorar su vida hacia donde usted desea, si
no le hubiera invertido tanto a su resentimiento?
Cuando tenemos un resentimiento nos limitamos socialmente, obrando de
manera prevenida y hasta nos privamos de la relación con otros por el mismo
miedo de que “nos vuelva a suceder algo parecido”. Es tan destructivo el
resentimiento, que algunas personas, después de una relación dolorosa con su
pareja, deciden que nunca más se van a enamorar (se castigan a sí mismas).
También, hay quienes lo utilizan para probar a los amigos. Si no se ponen de su
lado, los consideran desleales y se distancias de ellos. En las relaciones
laborales sucede esto frecuentemente. Cuando alguien hace un comentario
crítico sobre el jefe o sobre otro compañero con quien tiene algún
resentimiento, espera que quienes lo escuchen lo apoyen y le den la razón.
Busca recoger adeptos para su causa y esto pone a los otros en una situación
que no desean y, a la larga, prefieren no frecuentar a esa persona. Esto también
se hace evidente cuando una pareja se separa: los amigos de ambos no saben
como comportarse, a cuál de los dos invitar y, a veces, acaban alejándose de
los dos para no quedar mal con ninguno.
Hay resentimientos muy profundos en los que la persona “alimenta” su
desgracia o su mala situación, supuestamente causada por el otro, para
mostrarles a todos el daño que esa persona le causó.
El resentimiento es como una bola de nieve: mientras más energía le
dediquemos, más va creciendo y más áreas de nuestra vida va
comprometiendo.
ACEPTE SU RESPONSABILIDAD EN EL HECHO.
Es indispensable recalcar que usted es el responsable de tener un resentimiento,
y así como pudo concentrarse en acrecentar el dolor y el sentimiento negativo
pensando más y más en eso y negando todo lo bueno de la relación, así mismo
tiene el poder y la capacidad de aminorarlo, reducirlo y olvidarlo,
concentrándose en todo lo bueno de la relación, o en lo positivo que sacó del
hecho, porque de cualquier manera, las consecuencias las recibe usted.
A muchas personas les sucede que, al aceptar su parte en el resentimiento que
habían guardado por tantos años, reconociendo que su responsabilidad estuvo
en abrigar las expectativas que tenían (en lo cual la otra persona no tuvo culpa
alguna), sienten ganas de correr a donde el otro y decirle lo equivocadas que
han estado al permitir que eso sucediera en su relación. Esta es una muestra de
que se liberaron de esa pesada carga que se habían impuesto a sí mismas
Lo más paradójico del resentimiento es que a quienes más herimos es
a quienes nos aman y no a la persona que resentimos.
porque, además de todo el dolor y la amargura que les causara la conducta de la
otra persona, estaban imponiéndose un nuevo dolor.

NO EXTIENDA SU RESENTIMIENTO, NO LO GENERALICE.


Con el resentimiento sucede que generalizamos fácilmente. Si consideramos
que una persona obró diferente a nuestras expectativas, con frecuencia
extendemos esa frustración a todos los aspectos de nuestra relación y acabamos
diciendo que todo en esa persona es “malo” o “indeseable”, cuando realmente
la experiencia que tuvimos sólo se refería a un aspecto de la relación.
Escribe las injurias en la arena y los beneficios en el mármol.
Ese mismo proceso lo aplicamos cuando, a partir de nuestro resentimiento con
alguien, acabamos convenciéndonos que cualquier persona que tenga las
mismas características, el mismo oficio o pertenezca al mismo conglomerado,
va a obrar de igual manera a la persona con quien estamos resentidos y así
comenzamos a llenarnos de indisposición hacia el mundo que nos rodea: “los
militares son…” o “los ricos son…” o “los pobres son…” o “los jefes son…” o
“los empleados son…” o “el gobierno es…” o “los gringos son…”
La generalización también nos perjudica porque estamos negando la
oportunidad de valorar, disfrutar y enriquecernos de muchas personas que,
siendo políticos, ricos, pobres, extranjeros…, son distintas de esa concepción
negativa que tenemos. Hay quienes descalifican un trabajo o un oficio porque
“aquí todos son mediocres, superficiales o tramposos y yo no quiero ser así”, y
deciden retirarse del puesto e, inclusive abandonar su profesión.
Algunas personas tienden a pensar que esto de las expectativas sólo se da entre
enamorados o entre amigos muy cercanos; sin embargo, ocurre en todas las
relaciones, no solamente con las personas sino con las entidades. Son muy
comunes los resentimientos contra empresas, instituciones o gremios de
personas, que se han formado de igual manera que los resentimientos hacia las
personas: por nuestras expectativas defraudadas.

EXPECTATIVAS FRUSTRADAS

EL OTRO NO TIENE LA CULPA DE LO QUE USTED
ESPERA DE ÉL
Sabiendo que los resentimientos nacen de las expectativas defraudadas y,
teniendo en cuenta que de usted depende tener unas expectativas justas y
realistas, y que sus expectativas son responsabilidad únicamente suya ya que el
otro no tiene la culpa de lo que usted espera de él, puede comenzar a pensar en
solucionar un resentimiento que tenga “guardado”. Le sugerimos que se tome
un par de minutos antes de seguir adelante, para que lo identifique. El hecho de
que pueda reconocerlo es el primer paso para empezar a resolverlo.
Las personas hacia las que tenemos resentimiento pueden estar vivas o haber
desaparecido de nuestra vida. No necesitamos hablar con el otro para “soltar”
nuestro resentimiento. La solución está en nuestro interior y, cuando nos damos
cuenta del mal que nos estamos haciendo, podemos perdonar sinceramente.
Lo primero que puede hacer para aclarar las cosas es analizar qué fue lo que la
otra persona hizo o dejó de hacer con lo que usted se sintió defraudado.

¿COMO SE CREAN LAS EXPECTATIVAS?

Lo que realmente cuenta en un resentimiento es lo que esperábamos que fuera
y no fue; es decir, nuestras expectativas frustradas.
Para formar esas expectativas, utilizamos varios recursos. Casi siempre, cuando
establecemos una relación con el otro, ya existen unos "acuerdos" más o menos
claros de lo que podemos esperar. Si usted va a la lavandería a que le laven un
vestido, no tiene que decirles que espera que no se lo vayan a dañar o perder. Si
matricula a su hijo en un colegio, no es necesario que advierta que sus
expectativas son que le enseñen lo que corresponde y que no lo traten mal o lo
agredan físicamente. Cuando consigue una pareja, tiene sus expectativas sobre
el comportamiento de esa persona y la mayoría de las relaciones humanas tiene
unas expectativas generales ya determinadas acerca de lo que puede ser o no se
puede esperar en ese tipo de relación.
A esto se le suma lo que nosotros conocemos acerca de la conducta anterior del
otro. De acuerdo con lo que sabemos de la otra persona, deducimos la forma
como podría actuar en el futuro. Si i jefe es muy serio y distante, yo no espero
que me haga una broma o me dé una abrazo muy efusivo el día de mi
cumpleaños. Sin embargo, estas expectativas que tenemos acerca de que el
potro se comporte de la misma manera como ya lo ha hecho otras veces, son
inciertas, ya que la forma de obrar de una persona sólo la refleja en el momento
en que está actuando. Esa persona puede decidir cambiar su conducta como
decide cambiar su forma de vestir, ya que nadie está atado a lo que piensa o a
como actúa en un momento dado y, por el contrario, siempre tiene la
posibilidad de ensayar nuevas opciones.
Otro método que utilizamos es el del propio deseo. Esperar con el deseo:
“como yo quiero tanto a esa persona y ella a mí, estoy seguro de que…”,
“como yo me he portado tan bien con tal persona, espero que el…” allí
comienza nuestra anticipación del futuro…y se mezcla con aquello que
deseamos a nos gustaría que fuera.

LOS RESENTIMIENTOS

NACEN DE LAS EXPECTATIVAS FRUSTRADAS.
En toda relación humana, desde la más ocasional a al más profunda, cada una
de las partes espera a que la otra se comporte de determinada manera y a esto
lo llamamos: expectativas. Es algo así como una forma de vivir por anticipado
nuestras relaciones con los demás, con todas las suposiciones y deseos que
tenemos antes de que un acontecimiento suceda.El Resentimiento,

Expectativa es una palabra clave cuando hablamos de resentimiento. Los
resentimientos nacen de las expectativas frustradas. Cuando damos por
descontado y creemos justo y lógico que el otro se comporte de determinada
manera en algo que tiene significado especial para nosotros, y esto no sucede
así, nos sentimos injustamente pagados, ofendidos, adoloridos y frustrados. Así
comienzan los resentimientos.
Reconozcámoslo o no, de alguna manera nosotros pensamos que la otra
persona se va a ver afectada cuando tenemos hacia ella un resentimiento; sin
embargo, la paradoja es que el resentimiento es una de esas “victorias
engañosas” que obra como un bumerán, es decir, que se devuelve contra el que
lo lanza. El dolor que esperaba causarle al otro y todas las demás
consecuencias negativas las está recibiendo usted.
Cuando una persona está resentida con alguien, desea vengarse. Quiere que el
mismo dolor que está sintiendo, lo padezca el otro y, por lo tanto, lo primero
que se le ocurre es retirarle lo más importante que está dando: su amor, su
afecto, su amistad o su interés, dependiendo del tipo de relación que tengan. Lo
importante es que el otro se de cuenta de que está herido y esto le duela.
Quien está resentido con otro, sabotea poco a poco su relación porque, a partir
de su herida, aplica una forma intransigente y a veces injusta para juzgar lo que
la otra persona hace o deja de hacer. El resentimiento cambia su perspectiva de
la relación, usted comienza a ser menos benévolo con el otro; algunas cosas
que antes no le molestaban ahora las encuentra insoportables y, aún más, lo que
todavía funciona bien entre los dos, empieza a parecerle falso o sin sentido.
Esto lo aplica no sólo al presente y al futuro sino a su análisis del pasado, y allí
encuentra muchos motivos de queja de los que “no se había dado cuenta antes”.
Este es el momento en que usted se pregunta: “¿Por qué fui tan ciego o ciega
ante todo esto?, ¿cómo fue que deje que esto sucediera y no reaccioné? Lo que
pasa es que ahora está mirando las cosas con otros “ojos”. Ya no tiene la
flexibilidad, la comprensión y la buena voluntad que tenía es ese momento
hacia esa persona. Ahora, debido a su herida, usted se ha convertido en “un
enemigo” y ya no está dispuesto a disculpar nada.
Cuando las cosas llegan a este punto, lo único que nos parecería aceptable sería
que el otro se diera cuenta de “lo que nos hizo” –a veces pretendemos que esto
suceda sin decírselo directamente -, que nos presentara disculpas y que, de
alguna manera, nos dijera que también le duele que le quitemos nuestro
aprecio. Generalmente, no sucede nada de esto y aún cuando usted esté muy
adolorido, es posible que el otro ni siquiera se haya enterado del asunto. El que
verdaderamente sufre con el resentimiento es el que lo siente, no es otro.
El esclavo es el que espera a que alguien venga a liberarlo.

EL RESENTIMIENTO

“ Tengo un resentimiento contra…No me gusta pensar en esto por que me
duele, me mortifica pero, en verdad, está mucho más presente en mí de lo que
quisiera. Cuando algo me sale bien, me amargo pensando en que habría sido
mejor si esa persona no me hubiera hecho lo que me hizo. Cuando algo me sale
mal, a veces pienso que estoy en esa situación por culpa de esa persona. He
tomado o he dejado de tomar decisiones que tal vez me servirán a mí o a los
míos, motivado por ese sentimiento. No en pocas ocasiones me he encontrado
en mis fantasías evocando dolorosamente y con profunda rabia los hechos,
arruinando así momentos de soledad y paz. Otras veces –y no me siento muy
orgulloso de esto- he inducido de una manera más o menos sutil a mi familia, a
mis hijos, a que compartan ese odio que les es ajeno y que no entienden, y que
además, contradice todo lo que les he enseñado…¡cuánto tiempo de mi vida he
dedicado a ese dolor que no quiero!…Y, ¿qué es lo que realmente quiero? Que
la otra persona, mi agresor, sienta lo que yo siento. Que sufra lo que yo sufro.
Y lo que sucede es que, mientras más acentúo mi dolor, más sufro yo y más
sufren los míos, y la otra persona…a veces ni se entera o, si se entera, a lo
mejor ya tiene demasiado con sus propias penas, con sus propias confusiones,
con su propia amargura.
Porque yo sé que esa persona no se portó así por primera vez conmigo. Otras
veces había obrado de la misma manera y, en alguna forma, yo sabía que iba a
pasar lo que pasó. Yo soy responsable por haber esperado que, conmigo, la
magia de nuestra relación o un milagro lo evitaran. Ahora puedo hacer dos
cosas: o seguir dedicando mi vida a lo que no quiero recordar o aprender a
perdonarme y perdonar. Porque tengo que ser consciente de que, para mí, la
vida es muy valiosa y sé que de esto puedo aprender algo… A lo mejor, la más
grande enseñanza que me dejó este resentimiento es haberme dado cuenta de
que quien sufre y se mortifica con él soy yo y no el otro”.
Seguramente usted, como la mayoría de las personas, ha sentido esa mezcla de
rabia, desilusión y frustración que se experimenta cuando, a su juicio, una
persona, una entidad o un grupo de personas, afectivamente importante para
usted, lo han defraudado en algo, y no quiere o no puede expresarles
directamente su relación. Usted sabe que ese resentimiento le hace daño y, sin
embargo, a veces piensa que no le es posible –o no desea- olvidarlo.

RECORDAR

RECONOCIENDO

VIVIENDO CON TEMOR

PARA VIVIR MEJOR

CADA DIA

NUESTRAS VIRTUDES

La Alegría: Dicen que las personas mas felices no siempre tienen lo mejor de todo, solo saben sacar lo mejor de lo que encuentran en su camino, y tienen razón. Yo soy de los que creen que el secreto de la felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace, sin importarle el resto. Y es que muchos de nosotros ponemos mas interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo. Lo curioso es que para la verdadera felicidad no se necesita una vida cómoda sino un corazón enamorado. Cuando a uno le preguntan que es ser feliz, se equivoca al conjugar el verbo, porque menciona siempre tener,  tener salud, tener dinero, tener comodidades, y la verdadera felicidad está mas en dar que en tener, la felicidad la da la tranquilidad de conciencia. De allí la importancia en formarla como se debe.
La Templanza: Modera la atracción de los placeres, domina la voluntad sobre el instinto. Que mal camino es hacer todo lo que al cuerpo le gusta, darle todo lo que pide, se acostumbra y eso hace que con el tiempo ya no tengamos fuerza para decir que no, cuando son cosas deshonestas.
La perseverancia no consiste en no caer sino en levantarse siempre. Las cosas hay que terminarlas. Siempre es mejor el final que el principio.
El aprovechamiento del tiempo: vivimos como millonarios del tiempo, no sabemos cuidarlo ni aprovecharlo, hay que saber administrarlo. Leí que si el tiempo fuera solamente oro podrías perderlo quizá, pero el tiempo es vida y no sabemos cuanto nos queda.
La sobriedad: Dominio de los bienes creados. No ostentación. La gente se basa en lo que tiene y no en lo que es. La sobriedad está en como empleamos el dinero.

LAS VIRTUDES

Para vivir y ser mejor, creo que es básico el esforzarse por adquirir y mejorar virtudes. La virtud es una disposición habitual y firme para hacer bien una serie de acciones relacionadas. A continuación nombro algunas:
La prudencia es tener criterio para pedir consejo, juzgar rectamente y decidir. El prudente puede ver en lo invisible.
La justicia: Es dar a cada uno lo que le corresponde, ser un amigo leal, honrado. Tratar a la gente como quieres que te traten a ti. Que pobre idea tienen de la justicia los que piensan que se refiere a la equidad de bienes materiales.
La Fortaleza: La tiene quien persevera en lo que debe hacer, el que no se dobla cuando vienen los problemas. Fuertes para cumplir las responsabilidades pero también para exigir las responsabilidades, el jefe que exige un buen trabajo, el que debe educar bien a sus hijos.

martes, 13 de agosto de 2013

PARTE DEL ANONIMATO ES


SERENIDAD

El don de la serenidad que Dios me concede me da VALOR PARA CAMBIAR LAS COSAS QUE PUEDA. No puedo cambiar a nadie. pero yo sí puedo cambiar y cambiar mi actitud.
A veces siento miedo de hacerme cargo de mi vida. No quiero fracasar. ¿A quién le echaría la culpa de mis errores? A mí. y solamente a mí.
Alateen me ayuda a asumir la responsabilidad de mi vida. Me da un programa para vivir. el cual me ayuda a cambiar y a tener confianza en mí mismo. Me da la oportunidad de rodearme de buenos amigos que me quieren y de un Poder Superior que me guía y cuida muy bien de mi vida. Quiero cambiar. Al principio puedo fallar. Pero si me desprendo y escucho a mi Poder Superior obtendré toda la ayuda que necesito para ordenar mi vida.
Para reflexionar
Por mucho que quisiera cambiar a las personas y las cosas que me rodean. yo soy lo único que puedo cambiar. No es fácil: necesité mucho tiempo para poder llegar hasta donde ahora estoy y no puedo cambiar de la noche a la mañana. Pero con la ayuda de Dios puedo empezar hoy.

ANONIMATO

"El anonimato es la base espiritual de nuestras Tradiciones." El anonimato hace posible dejar fuera del ámbito de Al-Anon no sólo nuestros apellidos sino también los rótulos y expectativas que cargábamos. A través de nuestro compromiso con el anonimato podemos desechar el qué somos y comenzar a aprender quiénes somos.
Cuando comencé a reconocer cuán valioso era ya este principio espiritual en mi vida, entendí por qué era tan importante proteger el anonimato de otros, incluyendo el del alcohólico. Si deseamos obtener los beneficios del programa, tenemos la obligación de conceder a los demás el mismo respeto y la cortesía que nos hacen sentir seguros, libres de rótulos y libres para ser nosotros mismos.
Recordatorio para hoy
Al tomar mi lugar entre los miles de individuos anónimos que conforman los Grupos de Familia AI-Anon, sé que nunca estaré solo de nuevo. No arriesgaré ese valioso recurso violando su principio espiritual fundamental.
"Todos debieran poder salir de una reunión de Al-Anon seguros, sabiendo que lo que han contado no lo repetirá nadie."

UN PRINCIPIO ES

8° PASO

Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido
y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.
Este Paso nos pide tener la suficiente humildad y honestidad para con nosotros mismos y poder "ver nuestra parte" en todas nuestras relaciones dañadas pasadas y presentes.    Cualquier evento, situación o persona puede y debe estar en nuestra lista, sucesos que hemos dejado que nos dañen, por las que hemos sido dañados y también las que han causado daño.
Este paso nos pide buena voluntad y disposición para enmendar el daño causado, en virtud de haber funcionado en nuestras relaciones como codependientes activas.       Este paso requiere de nuestra parte, un cambio de actitud, sentirnos las  "victimas, nunca mas".
Iniciaremos con este Paso, haciéndonos responsables de nosotros mismos, de nuestras actitudes y comportamientos disfuncionales frente a nosotros mismos y ante los demás.       No significa que sigamos perpetuando relaciones que nos hacen daño, no significa que nos sintamos culpables; significa que la comprensión y el perdón hacia nosotros mismos y los demás, la auto aceptación y responsabilidad de nuestros propios comportamientos, actos y actitudes, mas la bondad de un Poder Superior a nosotros mismos; nos libere de la pesada carga del resentimiento, culpa y vergüenza que hemos sentido en todas nuestras relaciones dañadas...y en cambio, recibir paz interior...reparar relaciones del pasado, poder tener sanas y buenas relaciones en este presente y prepararnos para poder tenerlas también, en un futuro en Recuperación.

sábado, 10 de agosto de 2013

SOLO POR HOY

HACER CONCIENTE

ALGUNOS DEFECTOS DE CARACTER

HACER CONCIENCIA

LIBERAR PENSAMIENTOS DEL PASADO

“Siento el pasado como si fueran cadenas que me atan fuertemente a cosas irrelevante que ya no funcionan ni me ayudan. Si es cierto que la mayoría de mis pensamientos son de algún modo sobre el pasado, y si es cierto que mis pensamientos crean mi futuro, entonces a menos que detenga esa dinámica mental desgastadora, estoy condenada a volver a  generar lo pasado.

Por eso, déjame hacer algo: dejar que estos pensamientos se eleven hasta perderse, y mientras más se alejen, más liviana me sentiré y más quieta se volverá mi mente

REFLEXIÓN SOBRE LA CONFIANZA

La confianza es esencial para ayudar a los demás.
Hay dos aspectos de la confianza: tu propia confianza en los demás y su confianza en ti.
Las personas empezarán a confiar en ti naturalmente cuando vean que siempre superas los problemas de manera fiable.
Sin embargo, la mejor forma de ganar la confianza de las personas es hacerles experimentar tu confianza en ellos.
Éste es un arte que se puede cultivar así: nunca escuches chismes ni los alientes tú; no formes juicios ni opiniones; en lugar de ello, sé espiritual y limpio en tus sentimientos, y aprende a desarrollar buenos sentimientos hacia los demás.
Ésta será la mayor prueba de tu habilidad para confiar.

ACEPTACIÓN

En una situación de angustia emocional, frecuentemente tienes dos opciones: afrontar el problema o no.
Si procesas el problema significa que lo estás afrontando.
Si lo reprimes, no lo haces.
Hay una gran diferencia entre ambas actitudes.
Procesar es para la mente lo que la digestión es para el estómago.
Si tu sistema digestivo no puede procesar ciertos alimentos, tienes que dejar de comerlos o de lo contrario enfermarás.
De forma similar, si te encuentras en una situación con la que no puedes tratar, no te limites a guardártelo todo.
Haz algo de inmediato.
Mantener las cosas dentro no te permitirá tener una mente sana.
No podrás digerir lo que guardas, y para los demás será obvio que tienes un problema.
Nuestra habilidad para manejar las situaciones se ve obstaculizada por pensar demasiado acerca de los demás, lo cual causa problemas en el sistema digestivo mental.
El mejor “antiácido” mental es el estudio espiritual en profundidad.
Esto, más una práctica regular de la conciencia del ser, penetra profundamente en la mente y quita las penas emocionales de raíz.
Sólo entonces será posible purificar y refinar las emociones y, finalmente, transformarlas.

SUPERAR EL MIEDO

El miedo aparece todos los días y con frecuencia en nuestras vidas en la forma de estrés, inquietud, ansiedad y una variedad de otras formas negativas que proliferan. Por ejemplo, el estrés es una de las grandes enfermedades del siglo XXI. Originalmente, la palabra “estrés” se usaba en inglés sólo en el sentido de presión o tensión ejercida sobre una máquina: los ingenieros calculaban el estrés para asegurarse de que una máquina funcionara correctamente. Sin embargo, poco a poco el término se fue haciendo más popular para describir el estado de los seres humanos. Cuando intentamos describir el estrés, una cadena entera de palabras como “empujón”, “presión”, “más” o “plazo” nos vienen a la mente. Tener que producir, que hacer cada vez más y que sea cada vez mejor, crea mucha tensión, que proviene del miedo de no ser capaz de conseguir el resultado a tiempo. Los valores materialistas de obtener, tener, acumular y superar a los demás en la forma de ambición, competitividad y posición producen mucho estrés.

Cuando estamos estresados, sin duda estamos sobrecargados. Pensamos y hablamos demasiado y reaccionamos de forma exagerada, lo cual afecta al cuerpo y a la mente negativamente. Lo peor es que eso se convierte en una costumbre, que a menudo no se controla, y así el simple remedio de parar y relajarse no se considera como un remedio. Algunos llegan a considerarlo una inútil pérdida de tiempo.


Sin embargo, antes de explorar cómo superar el miedo en general, examinemos algunos tipos de miedo que sufrimos los seres humanos:

A lo desconocido – por ejemplo a la muerte o a una situación nueva.

A la soledad – a veces la gente teme a la soledad hasta el punto que no pueden soportar estar solos y prefieren perderse en relaciones y actividades superficiales.

Al futuro – el aumento de las crisis en el mundo, sean políticas, económicas, medioambientales o sociales, crea o añade miedo individual o colectivo al futuro.

A la enfermedad – a veces debido a su miedo a la enfermedad, la gente empeora las dolencias que padecen o viven atemorizados de contraer algo terrible.

A los demás – suele ser el miedo peor: el miedo a la ira, el rechazo, el juicio y la violencia de los otros.

Al fracaso – algunas personas evitan hacer algo, o deciden no actuar, debido a que el miedo a fracasar paraliza su iniciativa y su confianza.

A la autoridad – puede tratarse del miedo a un padre o a un director o hasta a Dios. Debido a que frecuentemente se ha hecho un mal uso de la autoridad, o que ésta ha sido mal representada; para controlar y anular a la gente, se ha convertido en una fuerza negativa, tanto personal como colectivamente, en la sociedad.

Hay muchas razones para estos miedos, pero las principales incluyen:
• Experiencias pasadas, que conllevan decepción, inseguridad o recelo.
• Falta de fe en uno mismo y en los demás.
• La necesidad de aprobación, de pertenecer o de ser aceptado.
• El hábito de ver las cosas negativamente.

Uno de los grandes productos del miedo es la duda.

Cuando una persona está perdida en la duda, no puede creer en soluciones y respuestas, ni siquiera para experimentar con ellas o de tratar de ver si pueden funcionar. La duda en una forma extrema crea tanta incertidumbre e inseguridad que la persona sufre de una parálisis mental e incluso emocional. Se produce un bloqueo o una situación de pánico en la que no hay iniciativa positiva que sea posible. La mente está acosada por preguntas: “¿cómo?”, “¿cuándo?”, “¿por qué?” o “¿qué?”. En realidad, las preguntas no se plantean para encontrar respuestas sino para prolongar la vacilación, o para mantenerse uno a la defensiva, o en un estado de no compromiso, sin que en realidad se escuche ni se quiera saber. Investigar es algo distinto de dudar; cuando investigamos, planteamos preguntas constructivas y se produce una receptividad al aprendizaje y una buena disposición a experimentar.

Cuando hay cualquier tipo de miedo, que puede expresarse a través de la duda, los celos, el secreto o la competitividad, no hay receptividad ni buena disposición. En el centro de todo eso está el miedo a perder una persona, una posición, una posesión o la propia imagen. Todos los miedos, tanto los sutiles como los groseros, causan dependencia, expectación y, en último término, conflicto, con el propio yo o con los demás.

¿Cómo podemos superar el miedo?

Antes de participar o de reaccionar, a menudo necesitamos relajarnos, calmarnos y observar para que nuestra contribución sea apropiada y positiva.

Aprender a observar:

•    ¿Cómo me veo a mí mismo?
•    ¿Como alguien valioso?
•    ¿Con el derecho a ser?
•    ¿Puedo afrontarme a mí mismo?
•    ¿Me gusto, acepto y respeto a mí mismo?


•    ¿Cómo veo a los demás?
•    ¿como amigos?
•    ¿como enemigos?
•    ¿como maestros?
•    ¿como soportes?
•    ¿como extensiones mías?
•    ¿como objetos de valor?


•    ¿Cómo veo la vida? Ante todo como:
•    ¿Alegría o dolor?
•    ¿Un regalo o una maldición?
•    ¿Un juego o una batalla?
•    ¿Aprendizaje o pérdida?


Si recorremos estas preguntas despacio y con calma, y nos tomamos el tiempo para pensar sobre ellas, las respuestas nos harán conscientes de si estamos construyendo muros o puentes en nuestra vida. ¿Hay sólo puentes o sólo muros o ambas cosas? ¿Más puentes o más muros? La respuesta negativa es un muro; la positiva es un puente.


He aquí algunas formas de construir más puentes y menos muros:


Confianza
Aprende a confiar, porque confiar en uno mismo, en los demás y en la vida abre posibilidades imprevistas. No te preocupes demasiado si te engañan, si el otro no dice la verdad, si, si, si…
Deja estos “si” y actúa. Como se suele decir: “Quien nada arriesga, nada gana.”

Fe
Salta por encima de las barreras; no las conviertas en excusas. Si no aceptamos retos, nuestra vida es una vida de “aburrida seguridad” cuyo fundamento está en el miedo a la novedad y al cambio. Puede parecer cómoda y segura, pero es de una seguridad ilusoria, que puede romperse en cualquier momento, de cualquier forma.

Aceptación
Los errores, los contratiempos, los fracasos, las decepciones forman parte del proceso de crecimiento y de conocimiento, y no hay que condenarlos o temerlos. Todo ser humano los ha experimentado o los está experimentando, y los continuará experimentando.

Ser liviano
Todas las cosas tienen su significado y, si no ahora, al fin, entenderemos ese significado. Es sano para la mente y el cuerpo no cargar con el peso de la exageración y la falta de perspectiva.

La vida es un juego
Conoce las reglas y juégalo bien. Un buen jugador entiende, por eso es tranquilo, tolerante y flexible, no se queda atascado en una jugada, un movimiento u otro jugador durante demasiado tiempo, concede el respeto y la atención debidos, pero sigue adelante. Un buen jugador desempeña en el juego el papel que le corresponde y no intenta desempeñar el de los demás.

Amor propio
Reconozcamos nuestra realidad espiritual como seres humanos con recursos de calidad en su interior que tienen siempre que estar abiertos para usarlos. No necesitamos aceptar falsos apoyos del exterior, como un nombre, fama y elogio. Somos lo que somos por lo que hay en nuestro interior. Nuestro punto de referencia es lo que de eterno y valioso hay en nuestro interior; entonces no puede darse el miedo a recibir daño.

Silencio y perspectiva positiva
Cuando nos damos cuenta de la importancia de estar en silencio y quietud de vez en cuando, entonces nuestra positividad hacia el yo y la vida se reexamina y renueva. De lo contrario, la velocidad e inmensidad de las fuerzas negativas, provengan del yo o de los demás, sin duda nos harán temerosos.

Alejémonos de las presiones de la vida y aprendamos a romper las cadenas del miedo que nos atan y nos impiden progresar espiritualmente.