jueves, 29 de noviembre de 2012

SERENIDAD



ORACIÓN DE LA SERENIDAD


                                                  Dios, concédeme...
 Serenidad
para aceptar las cosas
que no puedo cambiar.

Valor
para cambiar aquellas
que puedo, y

Sabiduría
para reconocer
la diferencia.

***************************
¿Qué es la SERENIDAD? Serenidad es calma, es paz interior, es equilibrio emocional, es la impavidez, es presencia de animo ante el peligro, ante el dolor, ante la pena, ante la turbación, ante la ira, ante la cólera, ante la soberbia. Serenidad es el requisito indispensable a la reflexión; la serenidad da la luz a la razón para proceder acertadamente; la serenidad nos lleva a soportar los golpes de la vida aceptándolos; la serenidad conduce a la tolerancia y por ende a la justicia, en resumen, la Serenidad nos lleva a aceptar las cosas que no podemos cambiar.
 ¿Qué es el VALOR? Valor es el acto que vence al temor: es la acción, no es la temeridad producto de la falta de raciocinio, NO, el valor es propio de las almas fuertes, decididas, no vacilantes. El valor para que no pierda la virtud de tal, ha de ir unido a la serenidad; sin el Valor para cambiar las cosas que SI podamos, seguiremos siendo almas tímidas, vacilantes, anquilosadas, estáticas, en resumen COBARDES.
 ¿Qué es la SABIDURIA? Es un don sobrenatural que nos ilumina para hacernos comprender la diferencia entre lo que no podemos cambiar y lo que sí podemos cambiar; da la luz del entendimiento; ilumina la razón, es el don que Salomón pidió a Dios: nosotros en cambio pedimos SERENIDAD Y VALOR además de SABIDURIA.

MIEDO

Sentimiento de inquietud por un peligro real o imaginario. Si aceptamos ponernos en las manos de Dios y encaramos con honradez lo que realmente somos, entonces el fantasma del miedo desaparece.
a) ¿Siento temor en determinados días, sin que haya motivo justificado?
b) ¿Siento miedo de quedarme sin trabajo, de quedarme solo, sin razón para ello?
c) ¿Me invade la inquietud por peligros irreales?
d) ¿He puesto mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios?
e) ¿Qué hago cuando me invade el temor, el miedo, la inquietud?
“El miedo a la incertidumbre a no tener manera de sobrevivir a sentir vacío, soledad, a no poder con la situación que se presente se resuelve depositando estas limitaciones ante el poder superior. Cuando logro depositar mi miedo al fracaso, mi miedo a no tener sustento y a no poder sobrevivir ante mi poder superior y creer que seré rescatada por él entonces ya no tengo necesidad de protección de otros, puedo confiar con fe en que seré sustentada por el poder superior y que aun en situación de peligro sabré que hacer con su guia. El problema del miedo es que uno siente el desamparo en primer lugar porque uno mismo se desampara y mucho más puede uno creer que otros lo harán con uno ya que uno fue el que primero lo hizo con uno mismo y pues por eso uno cree que el poder superior lo hará con uno mismo también. El chiste del miedo es que nos alerte no que nos paralice. El propósito del miedo es hacernos ver que podemos tener un problema y que hay que resolverlo no tanto que no podremos sobrellevarlo pues no estamos solos el poder superior va con nosotros. El único chiste es creer que el poder superior ve por nuestro bien y que va con nosotros no estamos sólos aunque tengamos miedo, incertidumbre, vacío y soledad.”
 

martes, 27 de noviembre de 2012

LA VIDA

¡HOY SOY FELIZ!

 


Hoy soy feliz, expulso de mi espíritu
todo pensamiento triste.
Me siento más alegre que nunca.
No me lamento de nada.
Hoy agradezco a Dios la alegría
y felicidad que me regala.
Hoy trato de ajustarme a la vida,
acepto al mundo como es y
procuro encajar en él.
Si sucede algo que me desagrada,
no me mortifico ni me lamento,
agradezco que haya sucedido.
Porque así se puso a prueba
mi voluntad de ser feliz.

Hoy soy dueño de mis sentimientos,
de mis nervios, de mis impulsos.
Para triunfar tengo dominio de mí mismo.
Hoy laboro alegre, con entusiarmo y pasión,
hago de mi labor una diversión.
Compruebo que soy capaz de laborar con alegría.
Compruebo en mis pequeños triunfos,
no pienso en fracasos.

Hoy soy amigable, no critico a nadie.
Si comienzo a criticar a una persona,
cambio la crítica por elogios.
Todas las personas tienen
sus defectos y sus virtudes.
Hoy evito las discusiones desagradables.
Hoy elimino dos plagas de mi vida:
La prisa y la indecisión.
Hoy vivo con calma, con paciencia;
porque la prisa y la indecisión
es el enemigo de una vida feliz y triunfante.
No permito que la prisa me abrume.

Hoy tengo confianza en mi mismo,
porque Dios está conmigo.
Hoy hago frente a todos los problemas
con decisión y valentía,
el futuro me pertenece.
Hoy tengo confianza en que Dios
ayuda a los que se esfuerzan y laboran.
Hoy no envidio a los
que hacen más dinero o más salud que yo.
Cuento mis bienes y no mis males.
Comparto mi vida con la de otros
que sufren más que yo.

Hoy trato de resolver los problemas de hoy,
el futuro se resuelve así mismo.
El destino pertenece a los que se esfuerzan.
Hoy tengo un programa que realizar.
Y algo que queda sin hacer, no me
desespero, lo haré mañana temprano.

Hoy no pienso en el pasado.
No guardo rencor a nadie,
practico la Ley del Perdón,
asumo mis responsabilidades
y no echo la culpa a otras
personas de mis fracasos.

Hoy compruebo que Dios me ama
y me premia con su amor.
Hoy hago bien a alguien,
busco alguna persona para hacerlo
sin que lo descubra.
Soy cortés y generoso.
Al llegar la noche compruebo
que Dios me premió con un bien,
con un día de plena felicidad.
¡Y mañana viviré un día como hoy!

IMPACIENCIA

Carencia de la cualidad de saber esperar con tranquilidad las cosas que tardan.
¿Cuando alguien me hace esperar, recuerdo mis impuntualidades?
¿Soy paciente en 1as reuniones, en el cine, en la Iglesia, en el mercado, en el tráfico, etc. ?

“Todos tenemos una visión de lo que es importante y urgente para uno. Si yo deseo estar haciendo otra cosa y quiero que la otra persona tenga el mismo ritmo de vida que yo tengo y no lo logro manipular me empiezo a impacientar. La manera en la que yo me impaciento es cuando yo empiezo a sentir enojo, mi cuerpo se llena de energía y muchas veces empiezo a caminar, a mover la pluma, el pie, como deteniendome de irme y gritar en ira y al mismo tiempo quererle hacer ver al otro de una forma relativamente sutil que ya no quiero esperar más, que empiezo a sentir que estoy perdiendo el tiempo al estarle esperando. En México muchos de los trámites en las oficinas pueden provocarme impaciencia pues yo lo que menos deseo tengo es de esperar y sé que es una realidad inevitable. El esperar ¿que me hace sentir? que diferencia hay entre estar en ese lugar esperando que algo suceda a estar afuera ya haciendo otra cosa, la diferencia igual y no es en el tiempo en sí sino es un problema de quererse imponer ante el otro. Yo quiero hacer mi voluntad ser ingobernable no gobernable y dependiende de tu ritmo de vida. Qué difícil es aceptar que dependemos de otros y que no todos pueden tener el ritmo de vida que tenemos nosotros o viceversa. Muchas veces otros llegan a sentir impaciencia con uno mismo”

domingo, 25 de noviembre de 2012

Nuestro Niño Interior.

Egoismo

Inmoderado amor de uno mismo que le hace pensar únicamente en su interés personal. Egocentrismo.
Tendencia a considerarse el centro del Universo. (Aquí se hace lo que yo diga y punto.) Al egocéntrico le parece que el mundo gira a su alrededor. ”Al estar ensimismada en mi propia vida no me doy cuenta de las opiniones negativas que hacen los demás de mí, sólo busco escuchar o ver aquellas opiniones positivas que los demás hagan de mí, lo que trato constantemente deseo es defender mi mundo y no tome en cuenta paradojicamente las opiniones de los demás, no les considero pues sólo pienso en lo que yo quiero, lo que yo pienso, lo que yo deseo.
En el grupo se suele decir:  yo quiero mis huevos al gusto. Suelo creer que lo que yo quiero los demás tienen que cubrir mis deseos que en muchas ocasiones pueden ser caprichos. Mi actitud infantil me hace sentir que yo soy la que manda yo soy la que decide como quiere y cuando quiere que se hagan las cosas. No me pongo a pensar que existen otras personas que pueden pensar distinto a mi o que incluso no quieren complacerme o bien que pueden incluso estar viviendo lo mismo que yo el vivir en su egoismo los aisla también.
Lo que yo trato de cuidar es mi mundo, y sólo veo por mi y lo que muchos dicen: “primero yo, luego yo y después yo” es una manera de ignorar a los demás pero no se desea ser ignorado, se desea ser el centro de atención, de las miradas y aquellas que sean las positivas no las negativas, cabe la pena aclarar, según yo. Esta autoimagen de ser el más importante  de ser “la última coca del desierto”, de tener una actitud de “diva” no es otra cosa que parte de la soberbia, el exceso de poder y manipulación sobre los otros.
Le gustaría bailar pero no se atreve a hacerlo, porque siente temor a parecer torpe. Al acometer cualquier empresa, siente pánico de dar una impresión desventajosa de sí mismo, porque podría perjudicar la fachada postiza que le presenta a la gente.
¿Estoy siempre únicamente pensando en mi interés personal?
¿Me creo el centro del Universo?
¿Atiendo primero mis necesidades que las de mi familia?
¿En las reuniones me siento la persona más importante?
¿Siento excesivo temor cuando me dispongo a bailar?
¿Pretendo aparecer ante los demás como una persona importante?
¿Presento ante otros una “fachada” postiza?
“Vivo el narcisismo, la autoimagen idealizada de ser yo la persona más importante del mundo de la gente de mi alrededor, ignorando sus necesidades y creo esta idea de mi misma perfecta en la que quiero que nadie se de cuenta que si los veo y que si son ellos parte de mi mundo también, y creo una vida falsa, postiza, fantaseosa de que no pierdo mi poder sobre los demás y que todos deben estar a mi disposición y servicio, cuanta hostilidad y miedo a amar a los otros para incluirlos en mi mundo”

jueves, 22 de noviembre de 2012

"Resentimiento"

Disgusto que se experimenta por algo. Es el desagrado emanado de un daño, real o imaginario, que va acompañado de exacerbación, de odio. Es uno de los defectos que más nos perjudica.
¿He sentido odio contra el patrón cuando me han despedido del trabajo?
¿Me he encolerizado contra aquellas personas que me advertían que estaba obrando mal en algo?
¿He odiado a alguien a quien se le reconozca el cabal desempeño de sus obligaciones?
¿Tengo resentimiento contra alguna persona?
¿Tengo resentimiento contra a1gún grupo de personas?
¿Contra instituciones?
¿Contra religiones?
¿Contra ideas?
El resentimiento saca a relucir lo peor de nuestra inmadurez emocional y causa aflicciones tanto a uno mismo como a otros.
“El resentir es volver a vivenciar el dolor o el enojo o la situación incómoda. La ira acumulada por no haber reaccionado en el momento necesario de ponerle límite al otro, de defenderse, de huir de una situación incómoda o de protegerse es primero hacia uno mismo. Y luego hacia el agresor. Para estar resentido con el otro primero debo de estar resentido conmigo mismo. Si yo no puedo darme cuenta que estoy resentido con migo misma y me digo y le canto al mundo entero mi queja sobre la situación que me incomoda, duele, enoja y que aun no dejo pasar u olvidar entonces reafirmo mi idea que mi enojo es ante el otro. Pongo mi responsabilidad en el otro. Es una manera de victimizarme ante la situación en la que yo debí haberme protegido y no lo hice. Es una manera de autoengañarse y echar la ira hacia afuera que es más bien una ira hacia uno mismo pero uno no lo puede ver pues es una manera muy dolorosa de ver que uno se equivocó y que uno fue vulnerable principalmente. El problema de fallar es que uno no quiere aceptarlo. Es más facil aceptar que el otro fue el que se equivocó y que daño que aceptar que uno mismo fue el que se dañó y que uno mismo es el que se equivocó. Cuando yo logro aceptar que yo tengo parte de responsabilidad de esta situación que me lastima pues dejo de acusar y culpar al otro aunque también esté involucrado en esta situación de enojo, dolor e incomodidad.  Una manera de evitar el resentir es darse cuenta que uno pudo haber tomado otra decisión y que por algo uno no la tomó y que aunque uno se arrepienta uno no pudo haber tomado otra decisión y que no tiene caso dolerse nuevamente ante la situación dolorosa.”

lunes, 19 de noviembre de 2012

LA PAREJA IDEAL





LA FALTA DE SEXO PRODUCE MAL HUMOR

Más de alguna vez se ha escuchado que cuando una mujer anda de mal humor es porque le falta sexo. Y así lo rectifica un estudio elaborado por el sexólogo Norberto Litvinoff , el cual afirma que las mujeres que pasan una larga temporada sin tener sexo se vuelven malhumoradas, irritables, difíciles de tratar.
Litvinoff comenta que es posible relacionar la falta de sexo con el humor, sobre todo cuando alguien quiere, pero no encuentra con quién. De hecho esto es algo que se incrementa en personas con tendencias depresivas, ya que éstas no solo se molestan porque no tiene sexo, sino porque su personalidad bloquea el hecho de poder conectarse con personas y se ve sola.
"Cuando las personas tiene sexo, el cuerpo se llena de las hormonas llamadas endorfinas, que tienen la misma estructura que tiene la marihuana, o muy parecida, lo que produce felicidad. Por eso la vida sexual produce bienestar, ya que la caricia, el abrazo y el seducirse, es muy importante para que las personas se sientan amadas" comenta el especialista.
Litvinoff afirma que la falta de sexo es más dañino para las mujeres que para los hombres. De hecho algunas pueden estar idiotas porque hace mucho tiempo que no tienen un encuentro sexual o porque no era lo que esperaban.
En el caso de ellos, el mal humor viene cuando hay falta de sexo con sus parejas estables. De hecho eso les causa inseguridades y trae consecuencias fatales para la relación. Odian el típico dolor de cabeza, o esas mujeres que acceden al sexo sólo por compromiso no trasmitiendo ninguna emoción.
"Los hombres son más tendientes al enojo y la falta de sexo, los pone muy irritables, pero es más fácil de superar, ya que la masturbación es su mejor salvación. En el caso de las mujeres la solución es un poco más complicad, debido a que necesitan más estímulos para sentirse satisfechas" indica el sexólogo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Distancia en la pareja. Juntos, pero solos.

Estar casados o vivir una relación de pareja, no significa que se esté acompañado. Que exista una persona del otro lado del colchón no quiere decir que se tenga una pareja.

Una pareja puede padecer de soledad.
Casi siempre esa soledad empieza con la indiferencia de la pareja y la falta de comunicación. Esa incomunicación causa a su vez la sensación de abandono, de falta de cariño.
El ritmo de vida que lleva a una rutina llena de estrés y presión intensa propicia la falta de comunicación. Pasar tanto tiempo en el tráfico. Actividades laborales altamente demandantes. Dificultades para cumplir con las responsabilidades económicas. La falta de tiempo para compartir gustos y aficiones. Todo eso y más son parte de una "receta" que propicia la sensación de soledad y abandono.
Este abandono se refleja en todo lo que forma la pareja. Se empiezan a acumular sentimientos y sensaciones negativas. Se presentan cuadros de violencia tanto física como emocional. Se crea la sensación de estar ajenos a la pareja.
Ni que hablar de las afectaciones a la vida sexual.
La autoestima afectada en alguno (o ambos) de los integrantes de la pareja es parte de este proceso de soledad.
Lo que es importante detectar es que esta sensación de soledad no venga como consecuencia de un proceso de abuso o maltrato. Cuando en la pareja existe dependencia económica, abuso verbal, maltrato, o cualquier otra forma de conflictos, el proceso es tan gradual que no se dan cuenta, y se cree que el único problema es la distancia que existe entre los integrantes de la pareja sin darse cuenta que solo es un síntoma más de un problema mas grave. Mucho mas grave.
Este proceso es real. No son ideas. Creer que son "solo ideas" es una forma que encontramos para sobrellevarlo. Lo que se debe hacer es encontrar las causas, estar atentos a que no sea solo un síntoma de un problema mas grave, y si no podemos resolverlo, no dudar en buscar ayuda.

jueves, 15 de noviembre de 2012

30 AÑOS



Los 30 años y la falta de pareja

Los que estamos cerca o los que ya los pasamos y que estamos solteros no entendemos que pasa.

Los 30 años y la falta de pareja

Resulta que somos profesionistas, agradables físicamente, nos cuidamos bastante (gracias a los adelantos de la cosmética); estamos en la nueva era creemos firmemente en el misticismo y hasta... meditamos, somos buenos hijos, excelentes amigos, seguimos preparándonos, damos buenos resultados en nuestros trabajos y, aunque no siempre somos millonarios, no nos va mal económicamente.
Entonces nos preguntamos ¿qué sucede si somos buenos “prospectos”? ¿por qué seguimos solteros? ¿por qué nadie llega y valora este ser tan divino que esta dentro de nosotros? ¿por qué llevamos una vida de fracasos amorosos?
Y eso que nos relacionamos con personas de nuestra misma generación, imagínate sino fuera así... Bueno de hecho a veces sucede nos relacionamos con personas mayores o de plano mucho menores o con compromisos y el dolor es aún mayor.
Será que pertenecemos a esa tan sonada generación de padres divorciados, donde crecimos en una familia disfuncional, donde una mala relación de pareja era nuestro diario aprender.
Nos relacionamos con parejas repitiendo el patrón aprendido en la infancia con nuestros padres y es sorprendente como “caemos” con alguien exactamente igual a nuestro progenitor. Entonces como magia la relación fracasa, por repetirla tan perfectamente bien, que en la mayoría de los casos no fue precisamente la ideal.
Es muy difícil cortar círculos viciosos dentro de las relaciones amorosas entre seres humanos, llega un momento donde no sabemos si lo que sentimos se llama amor o aferramiento o costumbre a estar con alguien o el terrible miedo a estar solos; porque nuestro corazón dice que nadie mas va a llegar para hacernos felices, que aunque mal mejor nos quedamos donde estamos, el futuro apremia y la sociedad también.
Realmente A que le tenemos miedo cuando estamos solos? Alguna vez te has preguntado, ¿Por qué esa necesidad de cubrir nuestras carencias a costa de lo que sea incluso nuestra dignidad y orgullo?, ¿por qué aunque sabemos que estamos en una relación dañina no salimos y preferimos seguir flagelándonos, creyendo que la vida no nos presentara mas opciones de amor?
Te invito hoy a reflexionar la manera en la que te relacionas, haz una lista de las parejas que has tenido y como diversión elabora una lista de similitudes entre ellos, si te es difícil saca sus características principales, ocupación, familia, forma de vestirse, peinarse, trabajar, hobbies, momento de tu vida en que los conociste, todo lo que se te ocurra, al finalizar realiza una tabla de comparaciones y te sorprenderás de los resultados.
Siempre acabamos relacionándonos con personas muy parecidas y es muy difícil salir de esos círculos de personas, que si nos hicieran bien no sufriríamos.
Estamos en una edad donde lo mas importante es estar bien, fuertes emocionalmente y que en ocasiones aunque nuestro ego nos lo impida, necesitamos ayuda profesional, para darnos cuenta de los errores que hemos cometido y que por estar absortos en la vida misma no los vemos.
Darnos cuenta de que repetimos patrones de nuestros padres, de la relación que ellos nos transmitieron a través de la convivencia diaria es algo complicado, por medio de la tabla de comparaciones de tus parejas, ahora analiza en que se relaciona con tus padres, checa que fue lo que aprendiste en la infancia y repites cada vez que te relacionas con alguien.
Realiza esta tarea no es nada fácil y auto - entenderlo aun mas y es por ello que quizás es necesario acudir con un profesional que si bien no es su deber solucionarnos la vida, si nos ayudara a tener mas perspectivas acerca de nosotros, de la vida y de la manera de relacionarnos y que quizás entendamos ¿ por qué? ¡Tengo 30 ó más años y sin pareja!
Por: Psic. Gabriela Díaz Urbina

martes, 13 de noviembre de 2012

Quieres que tu pareja te de lo que te falta

                  

414123123Cuando iniciamos una relación amorosa, nos sentimos tan divinos y tan afortunados que nos parece que hemos encontrado un tesoro incalculable, un tesoro tan único, que no nos podemos imaginar la vida sin su presencia. Cuando esa persona nos mira, es como si el cielo abriera sus puertas para nosotros. De un momento a otro la vida se hace feliz, liviana y fluida. Cualquier acontecimiento parece tan sencillo y fácil de resolver, que nos sentimos invencibles. Nos envolvemos en una atmosfera muy especial y no es difícil hacer volar la imaginación que nos hace visualizar nuestras expectativas respecto a la relación y respecto a esa persona en particular.
Estando en estado de enamoramiento sentimos que estamos ciegos a los defectos de nuestra pareja y pocas veces imaginamos que podríamos terminar creando una relación que nos haga sufrir. Pero poco cuesta comenzar con los inconvenientes, especialmente cuando dejamos caer una larga lista de pedidos y solicitudes que creemos necesitar.
Cuando aun no estamos conscientes de nuestro valor personal, cuando aun no somos consientes de que estamos completos y que somos autosuficientes de amor a sí mismos, pensamos erróneamente que este Ser es nuestra salvación. Mientras más vacíos nos sintamos por dentro, mas valor le daremos esta persona y la podremos convertir, peligrosamente, en el dueño de nuestra felicidad. De esta manera le damos a esa persona un poder y unos atributos que no le corresponden, creándole, además, una pesada carga.
Cuando dejamos nuestra felicidad en manos de esa persona que amamos, las cosas se comienzan a complicar en demasía. En algunos casos esta actitud es leve y sutil y casi pasa desapercibida. Pero en otros casos se crean fuertes discusiones, reclamos y exigencias de algo que parece justo, pero que es absolutamente descabellado.
Nadie puede completarnos porque ya somos completos y nadie puede ser el dueño de nuestra felicidad más que nosotros mimos. Pensamos equivocadamente que nuestra pareja tiene la responsabilidad de darnos aquello que nos falta y le hacemos responsable de nuestro bienestar. Muchas veces no somos tan conscientes de este juego y otras veces pensamos que esto debe ser así porque lo hemos escuchado de nuestros padres, lo escuchamos en todas las canciones románticas y porque lo estamos viendo en tantas parejas alrededor.
Mientras mas elevamos a nuestra pareja en niveles que no le corresponden, más sufrimos. Mientras mas acercamos a nuestra pareja al lado nuestro, más felices seremos. La única manera de hacer contacto de corazón a corazón es estando en el mismo nivel, juntos, compartiendo e intercambiando experiencias, cada cual creciendo en lo suyo, apoyándose mutuamente, cada cual aportando al conjunto y cada cual en el lugar que le corresponde.
Cuando creemos que nuestra felicidad depende de lo que nos da nuestra pareja, existen pocas posibilidades de formar una relación dichosa. Cuando sufrimos por eso, estamos sufriendo por nuestra propia decisión y debido a ello, está en nuestras manos terminar con ese sufrimiento. Si pensamos que no podemos vivir sin aquella persona solo acumularemos más dolor, hasta un momento que nuestro propio yo interno diga: ¡vasta, ya es suficiente con esto!
La vida nos obligará a soltar aquellos apegos que no nos aportan felicidad, para llevarnos de la mano el maravilloso entendimiento de que somos completos y que solo podemos compartir nuestro amor, nunca depender de otra persona. Este aprendizaje puede tomar algún tiempo, según el tamaño del apego. Podemos pasar días, años u otras vidas pegados en esta situación. Pero tarde o temprano habremos de comprenderlo. Nadie nos puede hacer sufrir sin que nosotros le demos la autorización para ello.
Podemos comprender que no es nuestra pareja quien nos hace sufrir, es nuestro apego a esa ilusión la que nos hace sufrir. Si la ilusión y el apego se terminan dentro de nosotros, tendremos la oportunidad de hacer renacer nuestra relación de pareja o darle el punto final. La cordura será restablecida después de haber comprendido lo que hemos intentado hacer, retirar de nosotros nuestra capacidad de ser feliz y depositarla en las manos de una persona que no puede utilizarla.
Cuando te das cuenta de que estas completo de amor por ti mismo y que no requieres completarte por nadie, tu amor rebalsará desde tu corazón hacia todo el mundo, generando una corriente de bienestar que no tiene parangón. Entonces tu luz encontrará la luz de esa persona que también brilla por su propia cuenta y esa unión dará testimonio de lo que significa el amor de dos personas. No brillan porque sean perfectas, brillan porque están juntos, porque se nutren, se cuidan, se apoyan, se acompañan, se entienden, se comprenden y se complementan.

domingo, 11 de noviembre de 2012

BELLA REFLEXIÓN




Los 12 pasos para curar un corazón roto







El corazón roto persiste como una resaca. despiertas, pero no quieres moverte, la te da vueltas. A veces quieres comerte una pizza y otras no puedes comer en absoluto. Lo único que parece atractivo es meterte en una cueva oscura lejos de cualquier cosa que te recuerde cuán mal te sientes. Lo entendemos. Todas hemos sido melodramáticas.

Es bueno aislar las variables que causan el dolor. Pero las mujeres con frecuencia piensan "¿Qué hice mal?”, “¿Por qué no fui lo suficientemente buena?”. La inseguridad y la duda en ti misma nos consumen a medida que reproducimos las discusiones finales una y otra vez en nuestras cabezas.
Tenemos la extraña habilidad de asumir la plena responsabilidad cuando algo va mal en una relación. Pero ¿adivina qué? El no es perfecto tampoco, así que hay que sacarlo del pedestal.

Se necesitan dos para hacer y para romper una relación, así que no te culpes. Y no albergues pensamientos tales como "Si yo hubiera sido más X, él me habría tratado mejor”. Falso. El va a tratar a cada mujer en su vida así, y podría tener la suerte de encontrar a alguien que aguante sus defectos.

Tal vez tu chico no era un imbécil, y sólo no funcionaron juntos. Así y todo no es tu culpa. Hay múltiples razones por las cuales no andaban bien, más allá de lo que eran individualmente.

Lo más importante luego de una ruptura es reconstruir tu autoestima. Entonces, recuerda que la pasabas muy bien antes de conocer a su ex. Tuviste tu propia vida, tus propios amigos, tu propia esfera de existencia independiente de la suya. Tal vez algunas cosas de ese entramado fueron descuidadas durante la relación, y puede llevar un tiempo reconstruirlas, pero puede hacerse.

La única cura real para la angustia es el tiempo, pero hay maneras de acelerar el proceso y adormecer los síntomas.
Sigue este programa de 12 pasos y vuelve a entrar al mundo una vez más siendo tu misma, porque como dicen en la publicidad de L’Oréal, “tú lo vales”.

1. Corta toda comunicación. Esto es lo más difícil de hacer, pero es lo mejor para ti. No hay manera de seguir adelante con tu vida si todavía intentas utilizar a tu ex como una muleta emocional. ¿Pueden ser amigos con el tiempo? Claro, pero hay que esperar hasta que estés segura de que tus motivos son estrictamente platónicos. Date la oportunidad de reconstruir tu vida sin él. Eras increíble antes de conocerlo, ¿te acuerdas?

2. Llórate todo durante una semana. No es una mala idea darte una semana para ser un desastre total. Llora cuando quieras, come helado cuando lo desees y mira todas tus películas románticas favoritas con una botella de vino. Además, tus mejores amigas te darán este período de gracia y participarán de las festividades.

3. Escribe todas las razones por las que no funcionaban. Cuando se trata de dolores del corazón, es muy fácil mirar hacia atrás y extrañar los buenos momentos. Tómate tu tiempo y escribe todo lo que salió mal en la relación. Céntrate en lo negativo. Concéntrate en sus defectos. Cada vez que comiences a echarlo de menos, lee la lista.

4. Designa un refuerzo de tu ego. La parte más difícil de salir de una ruptura es la reconstrucción de la autoestima. No importa qué tan fuerte o segura seas, los sentimientos de duda tienen una tendencia a reaparecer. Antes de empezar a dejar que los pensamientos como "¿Por qué no fui lo suficientemente buena?" se te metan en la cabeza, llama a tu impulsor de ego designado y haz que te recuerde que eres increíble y que estás mejor así.

5. Comienza a ejercitar. Es muy bueno tener buenos amigos que te digan que eres maravillosa, pero es aún mejor reconstruir esa seguridad en ti misma. ¿Quién no se siente satisfecho luego de un buen entrenamiento? No sólo vas a verte mejor, te vas a sentir mejor, y eso hace la diferencia.

6. Transfórmate. Nadie se siente sexy vistiendo joggings y sin lavarse el pelo por cuatro días. Ve a un spa, date un masaje, córtate el pelo. Transfórmate y sal con un paso firme. Es mucho más fácil tener confianza cuando te ves bien.

7. Sal a bailar. Tal vez no estés lista para conocer otro hombre, pero debes recordar que la diversión existe en el mundo más allá de tu ex. Además, es un crimen desperdiciar una buena renovación. Permiso total para divertirte en la pista de baile.

8. Evita a sus amigos. Recuerda la regla # 1: Necesitas separarte de su esfera social totalmente por un tiempo. Comunicarte con sus amigos y preguntar por él puede ser tan perjudicial como comunicarte con él directamente. No tienes que evitar a sus amigos en común para siempre, pero date el espacio apropiado.

9. Inicia un proyecto paralelo. Una mente ociosa no buena cuando se está tratando de salir de una ruptura. Sumérgete en un nuevo proyecto o hobby. Toda la energía y el tiempo que solías pasar con tu ex ahora pueden ser dedicados a la pasión de tu elección. Pinta tu habitación, teje, lo que sea. Sólo hazlo.

10. Consíguete un buen hombre como distracción. No hay nada malo en el viejo flirteo, aunque debes conocer tus límites con el tipo que hará de “rebote”. Primero, tienes que ser justa con él: Hazle saber tu situación y que sólo estás buscando algo de diversión casual. Permítele que ocupe tu mente en otras cosas. Además, ¿quién sabe en qué podría convertirse? (Nota: No recomendamos saltar de una relación a otra)

11. Escribe las razones por las que eres increíble. Pasar por esta situación tiene sus momentos. A menudo das un paso adelante y luego otros atrás. Es una transición lenta. Escribe otra lista con todas las razones por las que eres impresionante. Concéntrate en lo bueno, en las cosas buenas que eres por ti sola. Lee la lista cuando sea necesario.

12. Muchos “happy hours”. Ir a reuniones informales con tus amigas es probablemente el mejor tratamiento existente en la actualidad. La terapia se basa en desahogo, risa, chismes y algo de alcohol.

Por Jenny Universidad de Texas - Adaptación de Raquel Carlino

viernes, 9 de noviembre de 2012

NO ES CULPA MIA

NO ES CULPA MIA

Un típico comportamiento humano es el de buscar culpables de los propios errores, o de las cosas que no dan el resultado que queremos, en factores externos a uno mismo. Culpamos a otras personas, al tiempo, al signo del zodíaco, a nuestra (mala) suerte, etc., en vez de intentar darnos cuenta de la participación que tenemos en lo que sucedió. Muchas personas son incapaces de aceptar que cometieron un error. O que no supieron cómo hacer algo. Es mejor “embarrar” a otra persona, decir que no pudieron hacer lo que nosotros queríamos por incompetencia, falta de dedicación, por la razón que sea, en vez de reconocer que, simplemente, las cosas a veces no salen como deseamos. O, aún más, que no pudimos o no supimos actuar de la manera correcta para alcanzar el objetivo que deseábamos.
Es muy cómodo atribuirle a terceros que las cosas no hayan salido como buscábamos. ¡Vaya excusa! Esto nos da cierto matiz de seguridad, ya que nos deslinda de toda responsabilidad sobre los acontecimientos desagradables de nuestra vida. Negamos la realidad. Mis aciertos son míos, los desaciertos ¡no me corresponden! Son por culpa de los otros. Proyectamos nuestra infelicidad en los demás, en lugar de tomar medidas para hacer cambios que, obviamente, nos darán mejores resultados.
“Cuando decidimos no echar la culpa —dice Mípham Rímpoche, maestro budista—, el mundo se abre. Comenzamos a apreciar las idiosincrasias de la vida. Tenemos más imaginación y nos volvemos más capaces de descubrir cómo avanzar con creatividad.”
Cuando uno se acostumbra a atribuirle a terceros el fracaso propio, se termina viviendo en una situación bastante negativa: de algún modo, uno cede el dominio sobre la propia existencia a otros, cuya consecuencia es que seamos incapaces de tomar acciones para subsanar desaciertos y tener una mejor calidad de vida. Si somos incapaces de reconocer los errores propios, ¡no contaremos con la posibilidad de enmendarlos!
Por el contrario, si decimos, por ejemplo, “No solo llegue tarde al trabajo porque el taxista manejó despacio, también debería haber salido antes”, habremos dado el primer paso, crucial, para salir del estancamiento. Podremos tomar una acción correctiva para que lo que causó nuestra insatisfacción no se reitere. La autodefensa y la falsa sensación de libertad generadas por echar las culpas hacia afuera dificultan el llegar a un terreno agradable y positivo, solo provocan sentimientos amargos… ¡hasta de culpa!
Buscar la solución dentro de uno mismo es la actitud más sana que podemos adoptar. Si nos abocamos a esto, tendremos la excelente posibilidad de cambiar comportamientos y, por ende, obtener otros resultados. No volverán a provocarse situaciones similares y ya no precisaremos acusar a otras personas por nuestras dificultades o desaciertos.
Algunas veces tomamos decisiones o realizamos acciones que causan un conflicto. Si no asumimos nuestra responsabilidad y acusamos a otros, el conflicto empeorará, ya que ponerse en el rol de víctima implica, por consiguiente, un cambio de roles en los demás, con resultados inciertos. Con una base tan negativa, no hay manera que nos sintamos verdaderamente conformes con el resultado que obtengamos.
Asimismo, echar la culpa genera un conflicto, ya que consideramos como “errores” a las acciones de los demás. Si ellos no hubieran dicho (o hecho) algo en especial, no estaríamos pasando por las tribulaciones que tanto nos afectan. Conviene tener en cuenta que en los conflictos, todas las partes involucradas suelen tener una parte de la responsabilidad y, de aceptarlo, nuevamente abriremos otra puerta al cambio y a la mejora personal, emocional y espiritual.
Los conflictos en los que se involucra a otra gente suelen comenzar adentro, o sea, son intrapersonales, y luego salen a la luz. La gente a veces hace las cosas a nuestro agrado, y otras, no. Eso no implica que tengamos que culparlos por todo (o casi todo) lo que han provocado. En muchas oportunidades, nuestros amigos, familiares o compañeros de trabajo saben más que nosotros. Tienen talentos distintos. Brillan con luz propia. Eso no implica que seamos menos inteligentes o incompetentes.
Nosotros y ellos tenemos el derecho a equivocarnos como seres falibles que somos por nuestra condición de humanos. En nuestra vida se sucederán éxitos, fracasos, desperfectos, inseguridades, aciertos. Algunas personas ya tienen instalado el hábito de negar las faltas propias y culpar a todos por lo malo que les sucede… ¡por suerte los hábitos pueden cambiarse!
Aunque a primera vista parece aparente la comodidad de atribuir a situaciones externas o a otras personas la causa de nuestra insatisfacción, a la larga, resulta mucho más cómodo asumir que podemos cometer errores. ¡Es tan útil y relajado aceptar que, así como otros hacen las cosas mal algunas veces, nosotros también lo hacemos!
Es muy positivo ver lo bueno en otras personas. Admirar y aceptar las cualidades ajenas expande nuestros horizontes, nuestra capacidad de sorprendernos y nuestras posibilidades de aprender (más allá de la edad que tengamos, de la profesión que hayamos elegido o del puesto que ocupemos en una empresa, o en la vida).
Tal vez veamos en otros, aptitudes o cualidades que nosotros no tenemos. Todos somos seres únicos y distintos y, nuevamente, aceptar la inteligencia e incluso la mayor capacidad de una persona en cierto ámbito, no implica que nosotros seamos menos (salvo, claro está, que estemos desligando nuestras obligaciones y asignándolas a otros para disimular nuestra baja autoestima e inseguridad).
Asimismo, no aceptemos que otros nos pidan estándares de perfección ni que nos echen la culpa por situaciones por las que no estamos obligados a responder. Esto nos permitirá ejercitarnos en el sano hábito de que cada persona asuma sus propias responsabilidades – ¡un hábito positivo para adoptar!
Examinar una situación con el filtro de un falso orgullo no nos lleva por buen camino. Que otros se destaquen en cierto punto y nosotros no, traerá aparejada, como reacción lógica, que en otro momento la rueda gire y seamos nosotros quienes descollemos. Lo que, a las claras, indica que estaremos un paso más cerca de alcanzar el éxito.

martes, 6 de noviembre de 2012

VIVE Y DEJA VIVIR

VIVIR Y DEJAR VIVIR SIN CONTROL

En verdad el Codependiente no vive ni deja vivir a nadie que se encuentre a su alrededor.  Quiere controlar, se vuelve perfeccionista, se cree una víctima, sufre, llora, se enoja, manipula para lograr lo que cree es lo correcto y sentirse satisfecho.  A pesar de todo este aparente control sigue sufriendo, creando crisis, no se siente feliz y no deja a los demás vivir en paz.   Como code es duro oir esto, pero solo estando en recuperación he podido aceptarlo y pensar que debo cambiar.    Fueron muchas las veces que mi familia me dijo lo difícil que era vivir conmigo y sin mi por el amor que me tienen, pero estando code activa no lo entendía, me sentía la víctima y que no me querían.
Aplicar este Lema nos aleja del falso control, de las crisis "buscadas", nos hace pensar en nosotros y lo que debemos hacer por nuestros medios.
Valor para cambiar,
Maryjann

DEJAR VIVIR Y MI YO

Vive tranquilo y deja vivir en paz a los demás nos dice este Lema.  Hasta la fecha por más que hemos tratado de cambiar el pensamiento y la actitud de otra persona es inútil, lo comprueban tantos meses y años de infructuosa lucha por querer lograrlo. Seguir en este empeño es negación de la realidad y mucha Codependencia.        Hay que reconocer que no tenemos el poder de cambiar a nadie y que solo podemos cambiar a nuestro yo. 
Muy a menudo hacemos cosas que no queremos,  decimos lo que no queremos, lloramos cuando queremos reir, hablamos y hablamos cuando debemos callar, etc., preguntémonos,  ¿Si es difícil dominarnos a nosotros mismos,  cómo queremos dominar a los demás?

Mi vida me pertenece, mis seres queridos no, puedo orientarlos, sugerirles, dominarlos tal vez momentáneamente, pero no puedo ni debo querer vivir sus vidas.     Todos tienen derecho a tomar sus propias decisiones, adquirir sus propias experiencias, lograr sus triunfos y derrotas, tener sus propósito en la vida ya que no son robots que reciben ordenes y comandos.

Si tenemos un falimiar con problemas, el querer su bienestar no nos da el poder de querer controlarlo,  si Dios nos dio el libre albedrío, ¿Quiénes somos nosotros para quitarlo?.  Es duro, muy duro soltarlos, pero al dejarlos libres no mueren, seguro cargaran con sus problemas y solo entoces al hacerse responsables de sí mismos, reconsideraran si vale la pena seguir por ese camino o cambiar de rumbo y buscar un grupo de autoayuda.       El resolverles todas las cosas a nuestro ser querido  centro de nuestra obsesión,  solo atrasa su tiempo para recuperarse, lo hará cuando toque su fondo, sea su decisión y  con ayuda de su PS y no nuestra.      Igual nosotros decidimos cambiar por decisión propia.
Ayudar insanamente a otros perpetúa la dependencia hacia ellos y como sus bastones de apoyo perdemos nuestra individualidad, espiritualidad, amigos, metas, vida, volviéndonos caparazones, seres sin nada por dentro viendo una vida que no nos pertenece.

Nuestro destino es vivir, ser felices, estar tranquilos, gozar nuestros triunfos, superar nuestros retos,  tristezas, problemas, y ser mas agradables viviendo en la forma que queramos  lo mejor posible.   Demos el derecho a los demás de pensar diferente a nosotros siendo más humildes sin creernos mas inteligentes o listos y dejando la criticadera.

Hoy es el día de no inmiscuirnos en problemas ajenos, no creernos saber lo que otro tiene que hacer, no  tratar de moldearlos a nuestra  imagen y semejanza, no creernos  tener la verdad absoluta, no creer saber lo que ellos piensa o necesitan, dejarlos ser ellos mismos y orar para que ellos  también nos dejen vivir nuestra propia vida.
GRUPO: SOLO POR HOY
SESIONA: MARTES Y VIERNES DE 5 A 7 P.M Y DOMINGO DE 10:00 A 12:00 A.M
EN FRESNOS # 103 COL. TORREÓN JARDIN. TORREÓN

domingo, 4 de noviembre de 2012

LA SOLEDAD

Los psicólogos consideran que alguien está solo cuando no mantiene comunicación con otras personas o cuando percibe que sus relaciones sociales no son satisfactorias.
  Tres características definen la soledad: es el resultado de relaciones sociales deficientes, constituye una experiencia subjetiva ya que uno puede estar solo sin sentirse solo o sentirse solo cuando se halla en grupo; y, por último, resulta desagradable y puede llegar a generar angustia.
La soledad, salvo excepciones, es una experiencia indeseada similar a la depresión y la ansiedad. Es distinta del aislamiento social, y refleja una percepción del individuo respecto a su red de relaciones sociales, bien porque esta red es escasa o porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial. Se distingue dos tipos de soledad: la emocional, o ausencia de una relación intensa con otra persona que nos produzca satisfacción y seguridad, y la social, que supone la no pertenencia a un grupo que ayude al individuo a compartir intereses y preocupaciones. Parece, por otro lado, que la soledad está relacionada con la capacidad de las personas para manifestar sus sentimientos y opiniones.
Hay dos tipos de soledad: la personal (ausencia de una relación íntima con alguien) y la social (carencia de amistades)
Cuando nuestra habilidad para relacionarnos es deficiente, aumenta la probabilidad de que nos quedemos solos ya que las relaciones que mantenemos son menos entusiastas y empáticas. En general, las personas con problemas de neurosis se muestran convencidas de que no resultan amables ni dignas de ser apreciadas, y rechazan cualquier tipo de amigos potenciales con el objetivo de protegerse a sí mismos del posible rechazo. La soledad esta muy relacionada con la pérdida de relaciones con ese conjunto de personas significativas en la vida del individuo y con las que se interactúa de forma regular. La definición más común de soledad es la de carencia de compañía y que se tiende a vincularla con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.

La ausencia de un ser querido

Cuando (por separación en la pareja, fallecimiento de un ser querido u otra causa) desaparece de nuestra vida alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio estelar en nuestra cotidianeidad, nos invade una particular sensación de soledad, un vacío, una nada enmudecida que nos sume en la tristeza y la desesperanza. Hemos de sobrellevar la dolorosa percepción de horfandad, de ausencia de una persona insustituible. Nos vemos perdidos y sin referencias en las que antes nos apoyábamos para afrontar la vida.
Somos seres sociales que necesitamos de los demás para hacernos a nosotros mismos. Y no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar y revalidar nuestra autoestima, ya que ésta se genera cada día en la interrelación con las personas que nos rodean.
La pérdida es irreemplazable pero no debe ser irreparable. Ese hueco o, mejor, su silueta, quedará ahí pero si nos permitimos sentir la tristeza y nos proponemos superarla a base de confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzas para establecer nuevas relaciones que cubran al menos parcialmente ese déficit de amor que la ausencia del ser querido ha causado. Hemos de intentar que la carencia de esa persona no se convierta en una carencia general de relaciones. Esta soledad es dolorosa, pero puede convertirse en positiva si la interpretamos como oportunidad para aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados. Y para generar recursos y habilidades para continuar transitando satisfactoriamente por la vida. Debemos interiorizar y controlar el dolor, sabiéndolo parte inherente a la vida, aprendiendo a no temerlo y a no mantenernos al margen del sufrimiento como si de una debilidad o incapacidad se tratara. Quien sabe salir del dolor está preparado para disfrutarla la plenitud en momentos venideros.

La soledad social

La de quien apenas habla más que con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos es una soledad muy común en este mundo nuestro. Nos sentimos incapaces de contactar con un mínimo de confianza con quienes nos rodean, tememos miedo que nos hagan o nos rechacen. Plantamos un muro a nuestro alrededor, nos encerramos en nuestra pequeña célula (en ocasiones, incluso unipersonal) y vivimos el vacío que nosotros mismos creamos y que justificamos con planteamientos como "no me entienden", "la gente sólo quiere hacerte daño", "para lo único que les interesas es para sacarte algo", "cada vez que confías en alguien, te llevas una puñalada". Si la soledad es deseada nada hay que objetar, aunque la situación entraña peligro: el ser humano es social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones, preocupaciones y anhelos es un cimiento difícilmente sustituible para asentar una vida feliz. Es una meta difícil y las estructuras y hábitos sociales de nuestra civilización frenan este empeño de hacer y mantener amistades, pero merece la pena empeñar lo mejor de nosotros en el intento.
Esa soledad no deseada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos. Se revestirá esta actitud de una apariencia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete.
Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven abocadas personas mayores, amas de casa, o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas.

Un estado transitorio, nada más

La soledad es una situación que hemos de aspirar a convertir en transitoria y que conviene percibir como no forzosamente traumática. Podemos mutarla en momento de reflexión, de conocernos a fondo y de encontrarnos sinceramente con nuestra propia identidad. Hay un tiempo para comunicarnos con los demás y otro (que necesita de la soledad) para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos. Hemos de "hablar" con nuestros miedos, no podemos ignorarlos ni quedarnos bloqueados por ellos. Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad. En suma, equilibremos los momentos en que nos expresamos y atendemos a otros, y los que dedicamos a pensar, en soledad, en nuestras propias cosas.

Vencer la soledad no deseada: unos pasos útiles

  1. Diagnóstico: qué tipo de soledad es la que estamos sufriendo y a qué circunstancias se debe.
  2. Conocernos bien. Dejemos a un lado el miedo a mirar dentro de nosotros, y afrontemos la necesidad de saber cómo somos: nuestras ilusiones y ambiciones, limitaciones y miedos, quién quiero ser, cómo me ven, cómo me veo...
  3. Fuera la timidez. Tomemos la iniciativa para conseguir nuevas relaciones. Establezcamos qué personas nos interesan, y elaboremos una estrategia para contactar con ellas.
  4. No hay nada que perder. El miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o amores. El objetivo es importante, no nos andemos con remilgos.
  5. Sin victimismos. El mundo resulta en ocasiones cruel, vulgar y materialista, de acuerdo. Pero seguro que hay otras personas que pueden estar deseando conocer a alguien como nosotros.
  6. Encerrarnos en nosotros mismos es reconocer la derrota. A la mayorìa la soledad nos hace daño, y nos sienta mejor tener con quién hablar, intimar y a quién querer.
  7. No somos tan raros como a veces pensamos. No hay más que hablar en profundidad y confianza con cualquier persona para comprobarlo. Podemos "llenar" a más gente de la que creemos y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy cerca.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Oración del Homosexual.

ORACION DEL HOMOSEXUAL

Oh amado padre celestial, amado hijo de dios, Jesucristo nuestro señor, me has traído a este mundo con una importante misión, vivir en un mundo que nunca me podrá comprender, pero se que tu infinita piedad y amor abrirá mis caminos a donde quiera que vaya, la caridad de tu alma me pondrá en el sendero correcto, te pido que no me dejes caer en las maquinaciones del maligno, me preserves de los vicios y las conductas dañinas, me cuides a cada paso que de, pues en cada uno de ellos tu amor y comprensión están presentes, he sufrido por las personas que no comprenden que no escogí el amar a las personas de mi mismo sexo, y te pido abras sus mentes para que puedan ponerse en mis zapatos y entender que sin importar ese hecho, soy sobre de todo, un ser humano.
Prometo no caer en los excesos para poder vivir una vida llena de paz, prometo honrar a mis padres y jamás maldecirlos por haberme engendrado tal como soy, prometo también no alejarme de tu iglesia sin importar que para tu grey y tus sacerdotes, todos nosotros somos pecadores y merecemos arder en el fuego del infierno, yo solo me dirijo directamente a ti amado padre, para que por intercesión de tu hijo, nuestro señor Jesucristo, me ayudes a librar esta batalla que cada día debo llevar contra una sociedad que me señala con índice de fuego sin antes poder darse la molestia de conocerme antes de lanzar calumnias.
Señor, te pido nunca me abandones pues se que tu me amas como tu hijo, me amas por ser un humano, por ser una de tus tantas maravillosas creaciones, te pido que ayudes a todos mis hermanos que comparten el mismo dolor y sufrimiento que yo y que jamás los abandones, pues nosotros siempre te tenemos presente, pero la sociedad nos ha hecho creer que no nos amas, y que nos odias como la sociedad nos odia, padre santo, te agradezco por darme la oportunidad de vivir para alabarte... gracias por hacerme como soy, gracias por amarme por lo que soy
AMEN

viernes, 2 de noviembre de 2012

REFLEJOS DEL CORAZÓN

SOY HOMOSEXUAL

COMPRENDER A TU HIJO GAY

En el pasado, podía decirse que hablar con tus hijos de sexualidad era un poco más directo. Estas discusiones se centraban normalmente en las relaciones heterosexuales comunes, sin hacer referencia a sexualidades alternativas como la orientación homosexual o bisexual. Sin embargo, es un imperativo en la sociedad actual enseñar a nuestros hijos acerca de las orientaciones sexuales alternativas y la tolerancia hacia esas diferencias.

Los adolescentes homosexuales representan uno de los grupos más desfavorecidos y vulnerables grupos de la sociedad, afrontando la presión y peligros de acoso a los gays y otras formas de acoso homofóbico. Existe un triple de posibilidades de que un adolescente homosexual sea objeto de bullying que otro adolescente.
Estas presiones dan lugar a un mayor aislamiento social, drogas y alcohol, problemas familiares, y de auto estima.

Existe la creencia de que alguien que es gay debe haber sufrido algún trauma sexual o ha sido influenciado a tomar esta decisión por un gay adulto. Esto es un mito, ya que ninguno de estos casos influye en la sexualidad. En el pasado muchos sintieron la necesidad de ocultar su homosexualidad, y vivieron su vida como una farsa. Sin embargo, en los tiempos recientes, los gays están saliendo del armario con mayor frecuencia y a una menor edad.
Hablar con sus padres acerca de su sexualidad puede ser difícil para ellos, sino en apariencia imposible. Si han escuchado algunos comentarios anti gays en sus padres u otros cercanos a ellos, podría contribuir a aumentar su temor. En ocasiones estos jóvenes se escapan de casa porque sienten que no podrán afrontar la reacción de sus padres.
Hay además muchos gays adolescentes que se ven forzados a salir de casa a edad temprana por padres que son incapaces de manejar la sexualidad de sus hijos. Incluso para aquellos que se quedan en casa, la tensión que tiene lugar cuando el hijo sale del armario da lugar a una ruptura de relaciones padres-hijo. Esto puede dar lugar a erupciones verbales e incluso físicas violentas. El trauma de esta resistencia ante la identidad sexual del hijo puede ser emocionalmente devastador. Esta resistencia puede ser particularmente alta en padres que han sido criados en la convicción de que la sexualidad es algo malo, que no es lo adecuado.

El proceso de convertirse en un adolescente es de por sí un proceso bastante duro pero para los gays adolescentes es todavía más traumático. A menudo es más problema del temor al rechazo de la gente. El último rechazo de los padres a su homosexualidad es lo que los deja completamente hundidos y aislados.
La tasa de suicidio entre adolescentes homosexuales es casi tres veces mayor que la de los adolescentes heterosexuales, los sentimientos de soledad y abandono los llevan a comportamientos suicidas.
Quizás la aceptación de homosexuales podría comenzar en lo que enseñamos a nuestros hijos en sus primeros años. Después de todo, la intolerancia es algo que se aprende en la infancia. Haz a tu hijo consciente de que cualquier forma de rechazo y discriminación es inaceptable.

Explica a tus hijos cuando hables con ellos de sexualidad, que los homosexuales no tienen opción y que necesitan ser respetados como personas.
Como padres de un hijo gay adolescente, es importante que le demostréis que ser gay no es nada raro, y que independientemente de su condición sexual, los queréis.
Aunque la comunidad gay ha ganado mucho en derechos civiles estos últimos años, es importante continuar la lucha para terminar de erosionar los puntos de vista más conservadores. Sólo entonces puede la comunidad gay aspirar a los mismos derechos que la heterosexual.

jueves, 1 de noviembre de 2012

La violencia doméstica

 Un mal sobre el cual es difícil hablar: 

¿Qué constituye violencia?  

¿Es simplemente darle golpes a una persona? También la violencia psicología nos ha dado una nueva visión del ser humano y de sus necesidades psicológicas. Ahora sabemos que hay otro tipo de violencia que también hace daño a las personas: la violencia psicológica o verbal.  
Destruir la autoestima de una persona sistemáticamente mediante críticas, desprecios, abandono o insultos; también son formas de violencia. No cabe duda de que a veces los golpes al espíritu son mucho más dañinos que los golpes al cuerpo y dejan heridas más profundas. Las víctimas de este tipo de violencia por lo general continúan sufriendo calladamente y por eso no reciben la ayuda que tanto necesitan. Una persona golpeada en su cuerpo puede mostrar las heridas y recibir ayuda. Sin embargo, la que es golpeada sistemáticamente en su psiquis, en su espíritu, no tiene heridas físicas que mostrar al mundo para poder pedir ayuda. Como este tipo de abuso o violencia doméstica ocurre mayormente en la privacidad del hogar, generalmente pasa desapercibido, a veces durante muchos años. Por añadidura, generalmente la violencia verbal o psicológica precede a la física.  
Cuando a la mujer se le coacciona para que aborte (lo cual constituye violencia también contra una criatura inocente que no ha nacido), utilice peligrosos anticonceptivos y abortivos o se practique la dañina esterelización; todos estos también constituyen actos de violencia.  

¿Por qué permanecen muchas mujeres en una relación abusiva?  

Las víctimas del maltrato verbal muchas veces piensan que éste no es lo suficientemente grave como para tratar de hacer algo para impedirlo. Algunas temen que no les creerán si denuncian al abusador, pues a menudo éste goza de una buena imagen pública. Las que están siendo golpeadas tienen miedo a las represalias por parte del agresor ya que a menudo éste amenaza con matarla. Otras temen enfrentar la vida solas o simplemente no tienen los medios para hacerlo. A veces alguien que la víctima respeta le dice que debe permanecer en esa relación abusiva "por el bien de sus hijos". En el caso de la mujer del alcohólico o drogadicto, ella es una codependiente de su esposo o "compañero" y la codependencia es una enfermedad emocional que requiere tratamiento de un psicólogo o psiquiatra. Todas estas mujeres tienen en común una baja autoestima y una incapacidad para poner límites porque vienen arrastrando problemas emocionales desde su niñez. A menudo la raíz de la violencia doméstica tanto para las víctimas como para sus victimarios, es el vacío afectivo. O sea, la falta de amor y atención en su niñez.  
En los hogares disfuncionales en los cuales un cónyuge maltrata al otro, es común el maltrato a los niños. Constituye violencia no sólo el darles fuertes golpes, sino también gritarles, menospreciarlos, castigarlos excesivamente o negarles la atención, la aceptación y el amor que son tan imprescindibles para su desarrollo emocional y social. También es un acto de violencia en el caso de los padres divorciados, el hablar mal del ex-cónyuge delante de los hijos o utilizarlos para hacerle daño al otro.  
Lamentablemente, cuando una mujer está siendo víctima de cualquier tipo de violencia por parte de su esposo o "compañero", está tan enfrascada en defenderse que a menudo no puede darse cuenta del daño que también están sufriendo sus hijos. A veces permite hasta los maltratos físicos o verbales a éstos por parte del padre o padrastro, porque se siente incapaz de detenerlos ni siquiera en lo que respecta a sí misma.  
Los casos de violencia doméstica o intrafamiliar abundan. Es algo que puede sucederle y en verdad a veces les sucede a personas que se consideran religiosas, porque se trata de una enfermedad psicológica que debe ser tratada.  

Todos los que están involucrados en la violencia están enfermos y necesitan ayuda  

Hasta que no se conozcan los hechos, ninguno de ellos la recibirá. No se les hace ningún favor a los miembros de una familia que está en estas circunstancias al ayudarle a mantener este horrible secreto. Se les debe motivar a obtener ayuda de un sacerdote o pastor y/o un psicólogo.  
El continuar permitiendo este tipo de abuso tiene graves consecuencias sobre todo para los niños, muchas de las cuales sólo se manifestarán pasados muchos años. A veces los niños se convierten en victimarios y las niñas en víctimas igual que su mamá. Los niños que crecen en hogares violentos tienen una gran probabilidad de ser criminales en el futuro. 
Muchas mujeres han intentado de diversas maneras evitar las situaciones de violencia, ya sea modificando conductas propias,  a través de separaciones temporales, recurriendo a distintos profesionales e inclusive a los sistemas de seguridad y justicia, sin lograr cambios. Sumemos la presión social fundada en mitos como "algo habrá hecho", "la mujer buena tiene que sacrificarse por la familia", "los celos son una manifestación de amor" y tendremos a una mujer muy confundida, convencida de que nada de lo que haga podrá modificar la situación. 
Recuerde que la violencia familiar es un proceso cíclico y que, a medida que pasa el tiempo, los ciclos de tranquilidad se reducen en duración, en tanto los episodios van aumentando en intensidad y frecuencia. La duración de este ciclo, que pocas veces es percibido por la víctima, es un indicador valioso. 
También es importante tener en cuenta factores circunstanciales o permanentes, que tiendan a aumentar los niveles de stress del abusador y/o a reducir sus umbrales de inhibición (falta de trabajo, problemas de adicción, salud, etc.)