martes, 27 de noviembre de 2012

¡HOY SOY FELIZ!

 


Hoy soy feliz, expulso de mi espíritu
todo pensamiento triste.
Me siento más alegre que nunca.
No me lamento de nada.
Hoy agradezco a Dios la alegría
y felicidad que me regala.
Hoy trato de ajustarme a la vida,
acepto al mundo como es y
procuro encajar en él.
Si sucede algo que me desagrada,
no me mortifico ni me lamento,
agradezco que haya sucedido.
Porque así se puso a prueba
mi voluntad de ser feliz.

Hoy soy dueño de mis sentimientos,
de mis nervios, de mis impulsos.
Para triunfar tengo dominio de mí mismo.
Hoy laboro alegre, con entusiarmo y pasión,
hago de mi labor una diversión.
Compruebo que soy capaz de laborar con alegría.
Compruebo en mis pequeños triunfos,
no pienso en fracasos.

Hoy soy amigable, no critico a nadie.
Si comienzo a criticar a una persona,
cambio la crítica por elogios.
Todas las personas tienen
sus defectos y sus virtudes.
Hoy evito las discusiones desagradables.
Hoy elimino dos plagas de mi vida:
La prisa y la indecisión.
Hoy vivo con calma, con paciencia;
porque la prisa y la indecisión
es el enemigo de una vida feliz y triunfante.
No permito que la prisa me abrume.

Hoy tengo confianza en mi mismo,
porque Dios está conmigo.
Hoy hago frente a todos los problemas
con decisión y valentía,
el futuro me pertenece.
Hoy tengo confianza en que Dios
ayuda a los que se esfuerzan y laboran.
Hoy no envidio a los
que hacen más dinero o más salud que yo.
Cuento mis bienes y no mis males.
Comparto mi vida con la de otros
que sufren más que yo.

Hoy trato de resolver los problemas de hoy,
el futuro se resuelve así mismo.
El destino pertenece a los que se esfuerzan.
Hoy tengo un programa que realizar.
Y algo que queda sin hacer, no me
desespero, lo haré mañana temprano.

Hoy no pienso en el pasado.
No guardo rencor a nadie,
practico la Ley del Perdón,
asumo mis responsabilidades
y no echo la culpa a otras
personas de mis fracasos.

Hoy compruebo que Dios me ama
y me premia con su amor.
Hoy hago bien a alguien,
busco alguna persona para hacerlo
sin que lo descubra.
Soy cortés y generoso.
Al llegar la noche compruebo
que Dios me premió con un bien,
con un día de plena felicidad.
¡Y mañana viviré un día como hoy!

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