sábado, 15 de septiembre de 2012

Su majestad el alcohol.


¿Me conoces?...
Soy el príncipe de todas las alegrías, el compañero de todos los goces mundanos, el mensajero de la muerte; el príncipe que gobierna al mundo.
Yo estoy presente en todas partes; en todas las ceremonias, ninguna reunión tiene lugar sin mi presencia; fabrico adulterios, hago nacer en los corazones pensamientos negros y criminales; a jóvenes y adultos los hago inmorales y los contemplo satisfecho; soy padre de la corrupción y de la desgracia, enveneno la raza, mancho los hogares, traigo el envilecimiento y la depravación, la locura, el crimen, el suicidio.
Yo acabó con la familia, degenerando y extinguiendo por completo la raza, ocasionando los conflictos, crímenes y desgracias en los hogares, hago nacer a los niños raquíticos, retardados, idiotas, a los jóvenes hago perder la verguenza, la dignidad, el honor, la educación y la religión; pongo un velo sobre los ojos y la conciencia, haciendo parecer el crimen como venganza, la abyección como pasatiempo, el adulterio e inmoralidad como entretenimiento.
Yo soy el causante de las enfermedades y desgracias más asquerosas y viles, dolorosas e incurables: la tuberculosis, el cáncer, la sífilis, úlceras, tumores y muchas otras , aspiro convertir el mundo en un hospital, en un manicomio y en presidios.
Yo nazco en todas partes, conozco las regiones de Laponia y Siberia, los ardorosos valles de Egipto e Italia; yo tengo mi origen en el trigo, el arroz, el maíz, la cebada, el jugo de uva, el jugo de caña, el maguey...
Mi patria es la tierra; mis esclavos los hombres; el que me envía, el Diablo.
Yo soy vuestro Rey.
Yo soy su majestad el alcohol.

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