lunes, 24 de diciembre de 2012

El nido vacío.

 
Cuando la mujer tiene una edad mediana, sus hijos abandonan el hogar (para ir a trabajar, a estudiar a una universidad en otra localidad o para casarse). La mujer madura tiene que abandonar una de las claves de su identidad: su ocupación como madre. La expresión síndrome del nido vacío se ha utilizado para describir los casos de depresión de las mujeres a esta edad. Es interesante señalar que las "supermadres" y no quienes escogen carreras no tradicionales son más propensas a esta depresión. Las supermadres han invertido tanto de sí mismas en su papel que, cuando éste toca a su fin, su pérdida es mayor. Las mujeres que trabajan en régimen de jornada laboral completa sufren menos este síndrome que las que no trabajan fuera de casa.

Muchas mujeres dicen: "mi carrera era mi hijo". En contra del síndrome del nido vacío, aunque algunas mujeres se encuentran momentáneamente tristes, solas o asustadas, esto no quiere decir que están deprimidas por la marcha o la próxima partida de sus hijos. El sentimiento predominante en muchas de ellas es de alivio. En madres que han sacrificado tanto por sus hijos, esa reacción quizá no resulte demasiado sorprendente. En vez de experimentar una depresión paralizante, la mayoría de las mujeres encuentra nuevas ocupaciones y reorganiza su vida cotidiana.

Es probable que algunas mujeres experimenten la depresión del nido vacío, pero no todas lo sufren. Para quienes padecen esta depresión, la experiencia puede durar poco. Quizá sea más importante la capacidad de la mayoría de las mujeres para adaptarse a los cambios radicales que se producen, a esas edades, en sus vidas y papeles

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